Marc Giró es maravilloso. Lo digo como amigo, como espectador y como oyente. El presentador catalán está viviendo un momento profesional absolutamente increíble. Flamante Premi Ondas, está en todas las salsas. Y en todas es el ingrediente necesario para que el plato tenga sabor, gracia, atrevimiento y picante. Colaborador en el Està passant de TV3, presentador y director del Vostè primer de RAC1 o director y presentador de Late xou en TVE, donde cada semana regala momentos impagables a la audiencia como este de hace pocas horas hablando del futuro de España en clave monárquica y de que está pasando con la reina Letizia:
Giró es único e inimitable. El público catalán lo descubrió gracias al Està passant, donde ha hecho llorar de risa a Toni Soler con sus intervenciones y con su indisimulado flirteo y amor platónico con Toni Cruanyes en las conexiones que hacen antes del TN Vespre, donde incluso le ha pedido para casarse:
Quizás muchos no lo recuerden, pero los que ya tienen una edad quizás recordarán que este programa no fue el primero de TV3 donde fue a parar el bueno de Marc. De hecho, él debutó televisivamente hablando, en otro programa histórico donde servidor tuvo la suerte de coincidir con él: Les 1000 i una que Jordi González arrancó un lejano verano de 1997. Dos periodistas recién salidos del huevo que aterrizaron en la troupe de Jordi, en un programa donde Marc hacía de redactor y tenía este aspecto:
Aquí lo ven, con 23 añitos, enganchado al teléfono, donde se pasaba horas haciendo su trabajo, en unos tiempos donde no existía internet y te tenías que buscar la vida de esta manera... o a pie de calle... o de playa. En una conversación sensacional con Mariola Cubells en la SER ('La fuerza de la conversación'), recogida por el Huffington Post, Giró le confiesa a la periodista que él empezó en este mundo como "redactor de testimonios, el que los buscaba". Recuerda cómo solo llegar, de las primeras cosas que le encargaron encontrar, fue: "Hay que buscar a un 'chulo de playa'... ¿Cómo buscas a un chulo de playa por teléfono? Yo me levanté de TV3, que está en Sant Joan Despí, me cogí mi moto, una Scoopy, me fui a la Barceloneta a levantar a tíos y preguntarles si se consideraban un chulo de playa, desesperado, y era para la misma noche. Pensé: 'Dios mío, me van a echar a la primera, la primera semana'". Pero Marc localizó, no solo a uno, sino a más de uno: "Llegué de la Barceloneta rojo del sol... Pero aparecí con 10 chulos de playa para que el guionista escogiera. Lo hicieron muy bien. Unos chulos de playa perfectos, unos horteras, unos quinquis maravillosos, que yo me puse un poco cachondo".
Un Giró que debutó en pantalla... leyendo mails: "¡Leyendo mails de los espectadores! Entonces era de lo más moderno", dice él, recordando que los redactores teníamos una sala separada del plató donde íbamos imprimiendo los mails de la audiencia e íbamos corriendo a plató para leerlos en público, "sin maquillarnos ni nada, con nuestra propia ropa". Unos años que parecen del pleistoceno. Ha pasado media vida. Lo que no ha cambiado es la capacidad de Marc de ponerse cachondo cuando toca, su capacidad de encontrar chulos de playa o lo que se proponga para sus programas, y, en definitiva, su capacidad para seguir enamorándonos y haciéndonos desorinar de risa como hacía hace más de 25 años cuando era un redactor buscando testimonios.
¡Sigue ElNacional.cat en WhatsApp, encontrarás toda la actualidad, en un clic!