Sálvame ha alterado la programación de estos días para tratar la crisis del coronavirus, con una gran parte de sus colaboradores habituales en plató. También su presentador, el catalán Jorge Javier Vázquez, que gracias a los especiales informativos sobre el COVID-19 ha descubierto que es un paciente de riesgo y que quizás se tendría que marchar a casa. Son la mayoría pero les falta una de sus caras más conocidas: la mediática Belén Esteban, que se ha confinado en su piso siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Belén Esteban sigue la cuarentena pero entra en Sálvame por Skype. Estos días, la colaboradora de televisión no sale de casa porque también forma parte de uno de los grupos de riesgo a los que puede afectar más gravemente la enfermedad: "Al ser diabética, tengo que tener mucho cuidado. No tengo miedo pero estoy un poco inquieta", explica desde el comedor de casa. "No tengo que salir para nada porque soy de muy alto riesgo. Además mi marido trabaja en el sector sanitario, así que debo tener mucho cuidado".
Protegida dentro de casa, se encuentra perfectamente. Tan sólo hay un par de cosas que le quitan el sueño: "Estoy preocupada por mi madre, que está en Benidorm. Ella vive sola. Hablamos muchísimas veces por teléfono", están muy unidas pero ahora no se pueden ver, y eso le genera una gran desazón. Aunque lo que está llevando peor es el hecho de no poder ir al trabajo: "Ahora no lo llevo mal, no sé cómo estaré en el día 14. Es la primera vez que he llorado por no ir a trabajar. Yo tenía mi rutina...". Se emociona. "A la vuelta no se va a quejar absolutamente nadie de venir a trabajar", reacciona Jorge Javier. Después de un montón de semanas encerrados, nadie tendrá ganas de quedarse en casa.