Las cadenas de televisión cumplen estos días una importantísima tarea: mantener informada a una población asustada y confinada por la propagación del coronavirus. Horas, horas y más horas de programas dedicados única y exclusivamente a hablar de contagios, de muertes, de medidas drásticas, de crisis sanitaria, humana y económica... y de vez en cuando, alguna buena noticia. La proporción de desgracia y esperanza es terrorífica: cuesta desconectar de la pandemia. Sí, muchos dirán que es su deber, pero tanta oscuridad afecta terriblemente al colectivo más vulnerable: las personas de edad avanzada, muchas de ellas solas y sin apenas contacto con el exterior, más allá del aparato de televisión. ¿El resultado? Se lo pueden imaginar: si la situación ya es lo bastante grave, muchos de ellos sufren verdadero pánico.
La política de muchas de estas cadenas ha recibido la crítica contundente e irrefutable de una "de las suyas": Minerva Piquero, famosa meteoróloga de Antena 3, retirada de la primera línea televisiva desde hace años. Sabe cómo funciona el medio, y precisamente por eso su bofetada es lapidaria: "no pensáis en los mayores, os regodeáis en la tragedia. Os lo pido como hija de una mujer de 76 años que devora la televisión. Es la única ventana que tienen, para ellos es la verdad. Y las noticias que reciben son horrorosas". Y pone ejemplos: testimonios que explican como "se deja morir a las personas mayores, reporteros a las puertas de residencias donde hay ancianos conviviendo con cadáveres. ¿Qué aporta?". No se trata de no explicar la realidad. Se trata de ser sensibles, e intentar transmitir también noticias más positivas. La reflexión de Piquero es impecable. Y la red le aplaude con ganas.
"No nos cebemos con esto. No dediquéis tantas horas a deleitarnos en la tragedia. Un poco más de sensibilidad con nuestros padres". Ojalá te escuchen, Minerva.