Después de dejar la presidencia de la Comunidad de Madrid y del intento fallido de volver a la Universidad Complutense como funcionaria, y mientras todavía tiene pendiente el proceso judicial sobre su titulación en la Rey Juan Carlos, Cristina Cifuentes lleva un verano "relajado" donde la hemos visto colgando fotos en su cuenta de Instagram de las lecturas policíacas que ha leído o los kebabs que se ha zampado. Fotos, la mayoría de ellas, donde sólo se le veían los pies.
También explicaba los recuerdos del accidente de moto que sufrió hace cinco años que casi acaba con su vida: "Hoy hace cinco años, en esta misma hora, estuve muy cerca de la muerte", escribió en otra publicación donde se la veía de lejos con los pies en una piscina.
Finalmente, este verano la expolítica del PP se ha dejado ver de cuerpo entero después de pasar unos días en Menorca. Ha sido en A Coruña, en la boda de su sobrina, Lucía Pernas Cifuentes, que se casó con su prometido en la Colegiata de Santa María del Campo, la iglesia favorita de Amancio Ortega, tal y como remarca Vanity Fair. Y para asistir al día que su sobrina lucía un blanco radiante de novia, Cifuentes ha escogido un vestido con diseño geométrico multicolor de la marca ASOS, de poco menos de 100 euros. Una pieza que ha acompañado de un clutch rosa fucsia y unas sandalias a juego. Un vestido que era de todo, menos discreto:
La exmandataria es una apasionada también por la moda, y para rematar su colorido look ha escogido unos pendientes de la marca Coolook, una de las preferidas de la reina Letizia e Isabel Preysler. Una boda donde Cifuentes demostró que no tendría problemas en sacarse un master sobre policromatismo.