23 de diciembre de 2019. A las puertas de las celebraciones de las fiestas de Navidad. El espíritu navideño, fraterno, emotivo y amoroso se huele en el ambiente. También la peste a 'cuñadismo', familiares o amigos que convierten las fiestas en insoportables. Todos conocemos a este tipo de personajes, todos los hemos sufrido. Trasladado al ecosistema de las redes sociales, eso sí, la cosa es mucho más grave e intensa. Cada día es fiesta para ellos, demostrando su intolerancia, ignorancia y ausencia de empatía más absoluta. Una horda de seguidores de Jiménez Losantos, Ussías, Ndongos, Seguís, vomitando odio y bilis desatados, 24 horas al día, 7 días a la semana. El único rato que respiran es para identificar nuevas víctimas de su acoso, aunque tienen algunas favoritas. Una de ellas, la periodista Cristina Fallarás, a quien acaban de bombardear con insultos y vejaciones por demostrar ser una persona valiente, honesta y comprometida, aparte de tener una característica que nunca tendrán sus enemigos: es humana y tiene sentimientos.

Concentración libertad jóvenes Altsasu Europa Press

Fallarás ha cometido un nuevo pecado venial según los dogmas de la extrema derecha: denunciar una de las injusticias más flagrantes que se están cometiendo en el estado español desde hace 1133 días. La condena a los chicos de Altsasu por una pelea de bar con guardias civiles de paisano. Los jueces ya dijeron que no era terrorismo, pero es igual: 9'5 años de prisión y todo el facherío español vilipendiándolos día tras día. "Vergüenza es poco", ha tuiteado la de Zaragoza: "No te olvides de dónde van a despedir el año los de #altsasu". Sus palabras las podría firmar cualquier ser humano con un mínimo respeto por la decencia. Ahora bien, eso es ciencia-ficción cuando hablamos de los ultras españoles. "Proetarra, guillotina, brindo por que les den por..., garrote vil, borrachuza y feminazi, que se jodan...". La Navidad según los made in fachain. Asqueroso.

Cristina Fallarás TV3

España y el españolismo más rancio ha destrozado la vida de tres jóvenes, y lo celebrarán en sus fiestas de navidad. Sus nombres son Adur, Jokin y Oihan. Que nadie se olvide de ellos, porque su condena es también la nuestra. Ánimos a los tres, a sus familias, a sus entornos íntimos. Y gracias a españolas como Cristina, una voz que detestan los fachas porque les saca los colores. Porque les pone frente al espejo. Y lo único que pueden ver es su bajeza.