14 de abril. Han pasado 89 años desde que el estado español proclamara la Segunda República. El sueño de un país sin reyes, reinas ni prebendas medievales se desvaneció por obra y gracia de un dictador genocida muy bajito, pero de maldad gigantesca. Un hombre infame que, después de décadas de tiranía, restauró la monarquía en la figura de Juan Carlos I. Todos conocemos esta triste historia, así como la trayectoria del sucesor, y que este 2020 ha estallado como una bomba de relojería. La onda expansiva, por muchas maniobras evasivas de Zarzuela, ha impactado de lleno también en el siguiente de la lista: Felipe VI, el Preparao.
Estos tres personajes son los protagonistas de la conmemoración republicana de Cristina Fallarás, con un artículo demoledor, pero que dice (sin menospreciar a la periodista y escritora, claro está) lo que todos sabemos. Ahora bien, Fallarás no escatima adjetivos para llamarle "al pan, pan, y al vino, vino". Apunten: "Felipe VI heredó el trono de su padre, que es un criminal y un ladrón, que a su vez heredó el trono del dictador Franco, que era un criminal y un asesino. Llevamos más de 40 años de vasallaje. Ya vale, ¿no?". La línea sucesoria de jefes del estado español es la historia de una estirpe turbia y aferrada al poder por todos los medios posibles. Pero de engañarnos, nada. La retahíla es de traca: "eso de que el rey Felipe VI ha renunciado a su herencia es una bobada como la copa de un pino", "el rey Juan Carlos no se volvió ladrón, no nos salió malo. Ya era así. Venía así de fábrica", "la herencia del rey Felipe VI no son un puñado de millones robados. La herencia es su trono".
Fallarás remata con contundencia palmaria. "Uno trono bien vale el silencio. Y esa, la verdadera herencia, la conserva en buen recaudo debajo de su real culo". Efectivamente. "Ya vale"