El programa Liarla pardo malvive las tardes del domingo en La Sexta. Cristina Pardo quiere hacer honores a su apellido y a su jefe, Antonio G. Ferreras, y cada domingo critica al independentismo para intentar subir la escasa audiencia que consigue (5,1% en Catalunya y 5,9% en España).
Hace unos días la tuvo que rectificar Julia Otero cuando Pardo acusó al preso político Josep Rull de privilegiado por poder visitar a su hijo de 6 años inconsciente en el hospital. Este domingo el programa tenía a Gabriel Rufián para hablar de actualidad y la presentadora del flequillo le saca la comparativa que faltaba al procés: Venezuela.
Cristina Pardo reprocha a Rufián que rechace al autoproclamado presidente de Venezuela Guaidó. Dice Rufián que “Te puede gustar muy poco Maduro pero me parece tremendamente peligroso que un señor coja un atril y en una plaza se autoproclame presidente y esto valga”. Pardo no puede reprimir el símil Catalunya-Venezuela y se dirige con media sonrisa a Rufián diciéndole "No lo ve diferente a que un señor se autoproclame en una plaza presidente de la República (catalana, se entiende)". Rufián no cae en la trampa y le pone el símil exacto: un presidente de Parlamento autoproclamándose presidente del país: "Es como si Ana Pastor se autoproclama en la Puerta del Sol presidenta en lugar de Pedro Sánchez".
Al día siguiente Rufián se hace cruces que la prensa tan aparentemente diversa como El Periódico o La Razón califique lo que hace la entrevistadora al independentista como un "zasca". Pardo le replica sin entender demasiado lo que le dice Rufián:
El diputado reprocha a Pardo que vaya de progre pero complazca a la derecha madrileña y al unionismo catalán, y Pardo le dice que cualquier unidad ya le va bien. Lo que lía Pardo es otra cosa.