Esta semana Cristina Pedroche aparcaba la televisión para probar suerte en una nueva profesión: la de modelo. En su blog ha confesado lo cómoda que se sintió encima de una pasarela, deseando volver a desfilar.

Una presentadora que hoy protagoniza la revista Vanity Fair, a quien ha concedido una entrevista hablando de sus orígenes, poniendo cifras a sus negocios, narrando su rutina diaria... Y confesando que este Fin de Año volveremos a verla dando las campanadas: "Daré que hablar de nuevo. Podría ir todo tapada, pero no quiero".

Un contrato con una marca de joyas, ser la cara visible de Puma y embajadora de unas sandalias brasileñas son sólo tres de los muchos contratos publicitarios que tiene entre manos. Pero podría tener muchos más: "Cada día recibo cinco o seis ofertas de trabajo. A veces, incluso más. Rechazo muchas, porque cuando dices que no, llegas más lejos".

Su rutina empieza con un golpe al pie de su pareja, el chef David Muñoz: "Una vez compruebo que está, miro las audiencias y mis perfiles en las redes sociales".

A punto de inaugurar un restaurante en Madrid junto a él, ha explicado que cuando se decidió a apostar por el local en Londres, fue ella quien le ofreció el dinero que le hacía falta: "David no sabe cuánto dinero tiene en el banco. No somos de gastar mucho. Y de hecho, cuando él empezó a ganar dinero me dijo que la única cosa que quería era que nadie le dijera que en su tarjeta no había saldo".

Con más dos millones de seguidores en Twitter, tiene casi el doble que Mariano Rajoy: "Seguramente diga cosas más interesantes que los políticos. Ellos tampoco dicen mucho. Supongo que quizás yo gusto a todos y el presidente sólo gusta a una parte de la sociedad".

La presentadora ahora se centra en otro proyecto: su colaboración en Sin Filtro, la nueva película de Santiago Segura. Una estrella mediática que no para.