Cristina Pedroche se ha convertido en uno de los símbolos de la noche de Fin de Año en las televisiones españolas. Después de seis ediciones consecutivas comiéndose las uvas con los espectadores, la presentadora madrileña ya es una indispensable de esta celebración. Y para el 2021 está previsto que repita. Pero la delicada situación por la pandemia de la Covid-19, y las nuevas restricciones para frenar la crisis sanitaria, siembran una sombra de duda sobre la retransmisión de este año. En el programa Zapeando de La Sexta, donde hace de colaboradora, ha explicado cómo están las cosas y no ha podido evitar emocionarse.

El vestido que Cristina Pedroche lució para las Campanadas del 2020, con Alberto Chicote | Antena 3

"Me pongo sensible y empiezo a pensar en muchas cosas. No solo en las Campanadas, sino en mi vida en general, y si habré hecho las cosas bien", reflexiona Pedroche. Y es que más allá de los preparativos para la Nochevieja, la mediática celebra su cumpleaños este viernes, día 30 de octubre, cumple 32 años y se pone nostálgica. "Estoy nerviosa por las Campanadas, pero son nervios de emoción. Este año no sé cómo sentirme. Me apetece hacerlo, es un sueño y todos queremos que termine ya este año, que ha sido malísimo para todos. Pero no quiero que la gente piense que soy superficial y que lo único que quiero es salir guapa esa noche. No consiste en eso, consiste en entretener, en que la gente en ese momento se olvide de todo lo malo que está pasando", responde después de leer algunos artículos de revistas sobre la incertidumbre por el conjunto que debería lucir esta vez. "La tristeza que hay ahora, yo también la llevo dentro. No estoy viviendo mi mejor año". Hay que recordar que el restaurante DiverXO, propiedad de su marido, el chef Dabiz Muñoz, se incendió en agosto.

Pedroche, emocionada hablando de las Campanadas de este año | La Sexta

Emociones a flor de piel cuando ve imágenes de las Campanadas de otros años. "Voy a llorar", balbucea con un nudo en la garganta. "Ahí me veo feliz. Recuerdo los minutos previos y estoy histérica de emoción. Este año no quiero estar histérica de pena (...) No sé si estoy segura del vestido. Está preparado desde enero, pero ahora no sé si cambiarlo, si elegir otra opción... Tampoco quiero que haya uno principal, y acabar poniéndome otro si ese día estoy peor. No quiero que se quede ninguno en el armario. ¡Es que no puedo hablar de esto! ¡Qué cuadro!", ha acabado con los ojos vidriosos. Ganas de despedir de una vez por todas este 2020.