Filomena ataca fuerte y cubre de nieve la península. Madrid, literalmente, está alucinando: colapso total en las carreteras (gran gestión de Ayuso) y la población boquiabierta con la mayor nevada desde hace décadas. Algunos incluso empiezan a sufrir trastornos mentales, esperamos que transitorios, al ver todo teñido de blanco. Los mejores ejemplos, los de Sergio Ramos, Arturo Valls y, especialmente, Cristina Pedroche.
La presentadora de La Sexta tiene una relación complicada con el vestuario y el frío. Cuánto más hace, más se le sobra. Sus trajes de Fin de Año parecen abrigados si los comparamos con lo que ha hecho la de Vallecas aprovechando el temporal: desnudarse y salir al jardín a hacer yoga. La imagen es tan plástica como temeraria e innecesaria, acompañada de un pequeño texto que parece extraído de la carpeta de un adolescente o de un libro de autoayuda: "todos nos quedamos embobados mirando lo preciosa que es la nieve pero también es muy bonito e importante mirar hacia adentro". Bien, se podría decir que en una cosa tiene razón: todo el mundo observa su foto con atención. La diferencia es que nadie mira hacia su interior, si no más bien todo lo contrario. La instantánea, una nueva demostración de exhibicionismo puro y duro, acumula críticas y más de un consejo de salud: "medía neurona", "futura cistitis" o "eso produce daños graves en la piel".
Pedroche, la mejor amiga de Filomena. Vaya tándem.