Cristina Serra ha sido el nombre de la semana, la mujer que decidió divorciarse del hombre más admirado y amado del país, Pep Guardiola. El yerno de Catalunya, buen marido, buen padre y buen profesional, gusta a todas las mujeres, madres, hijas y nietas, por culto, íntegro y coherente, pero ha acabado desenamorándose la única mujer con quien ha compartido su vida: Cristina Serra. Según El Periódico fue ella quien decidió en diciembre separarse y poner el divorcio encima de la mesa por la erosión del tiempo, 30 años juntos, y por|para como durante el trayecto la familia ha tenido que priorizar la carrera profesional del patriarca. La mujer y los tres hijos han seguido a Pep en Italia, Alemania y el Reino Unido. Pep Guardiola lo ha hecho siempre fácil, el City pagaba jets privados para que los cinco miembros de la familia se vieran a menudo, y pudieron pagarse una de las mejores casas de Barcelona, la mansión de-Collserola de 10 millones de euros. Pero Cristina Serra seguía la mayor parte del tiempo sin marido en Barcelona y la renovación dos años más para el City lo ha acabado de complicar.
Sierra adora su vida, su profesión, su empresa Sierra Clarete, heredada de su abuelo, y no quiso renunciar. El año 2019 dijo basta a vivir en el extranjero y volvió sola, con la hija pequeña, en Barcelona, y el año 2025 dice basta a continuar la pareja, ahora que los hijos son todos grandes. A diferencia de muchas otras WAGS, mujeres de futbolistas, Cristina Serra tiene un proyecto propio y ya era famosa antes de que Guardiola fuera una estrella. Cuando eran novios, ella dio el salto de su tienda de moda al Departamento de Vestuario de un programa de Joaquim Maria Puyal en TV3, Un tomb por la vida, y era tan buena, fotogénica y profesional que saltó a presentadora del programa de Puyal Per molts anys, presentado por todo el grupo de jóvenes pupilos de Puyal, de Manel Fuentes a la misma Cristina Serra. Y también hizo de actriz de TV3, al serial juvenil El joc de viure
El digital LOC recuerda "La pareja, que se fraguó en mediados de los 90 pero que no formalizó su relación hasta 2014 con una boda civil en Matadepera, había permanecido hasta entonces estrictamente unida. Se conocieron cuando Pep jugaba de centrocampista en el Barcelona B (allí se ganó ya el apodo de Perfecto) y ella trabajaba como modelo, coordinadora de vestuario y más tarde presentadora en TV3 en el programa Per molts anys". Cristina Serra habría podido seguir haciendo de presentadora de TV3, tenía lo que hace falta: la cámara la adoraba, una dicción catalana perfecta y una profesionalidad a prueba de retos. Pero Guardiola empezó a ser más que un jugador, un símbolo, y Serra se apartó del foco para centrarse en la parte más discreta de su profesión, el negocio de moda. Abandonó los platós y la fama para ser una empresaria y mujer de jugador. Sin Guardiola quizás ahora sería presentadora de TV3 o actriz de teleserie. A los 52 años se reinventa, empieza una nueva vida.