Los caminos del arte son inescrutables. Para según quien, cualquier material es susceptible de generar una obra. Hay piezas hechas con palillos, tapones de botella, macarrones antes de hervir o botones.
La relación que se establece entre un artista y el modelo en que se inspira para hacer una obra es imposible de definir. Qué inspira a quien y por qué algún pintor decide hacer un cuadro de alguien sólo lo puede saber quién coge un pincel y se sienta delante de un lienzo en blanco. Pero se hace difícil de saber qué pasaba por la cabeza de un artista cuando decidió hacer un retrato del líder de Vox, Santiago Abascal, con mierda, según informa el diario Público. Su propio excremento. Un cuadro hecho a base de boñigas. Quizás se inspiró cuando estaba en el baño. Le Frére es el autor de "Una obra de mierda", y nunca mejor dicho, que es como ha bautizado esta cara del político ultra.
El artista madrileño ha utilizado su propia mierda como base para los pigmentos de este cuadro del líder de la formación ultra. Una obra que podrá verse (el autor asegura que ya no huele) en la Feria de Arte Contemporáneo Efímera que se celebrará en Cobeña el próximo sábado, mientras Abascal y el resto de políticos estén en plena jornada de reflexión antes de las elecciones municipales y europeas. El objetivo de tan escatológica obra no es otro que "una reflexión sobre el totalitarismo y las políticas que buscan la confrontación". No ha sido el primero en utilizar deposiciones para crear. En 1961, el polémico artista conceptual Piero Manzoni expuso Mierda de artista, una crítica al mercado del arte en forma de latas de metal que contenían, según el mismo autor, 30 gramos de sus propios remiendos.
Le Frére aporta más información a la concepción del cuadro: el material monocromático marrón es fruto de una cena hindú: "Encima está hecha con mierda exótica, de cultura inmigrante. Creo que se cierra el círculo de una forma preciosa". El provocativo artista ya se hizo famoso hace un tiempo por sus cuadros "Mariano cómeme la polla" y "Franco", hecho con su propia sangre.
El cuadro de Felipe que cuelga en el Congreso costó 88.000 euros. Si Abascal decide colgar este retrato en la sede de Vox, seguro que les saldrá mucho mejor de precio.