El gran éxito de TV3 es Eufòria. El talent show supone un cambio radical en el prime time de TV3, por primera vez un formato de TV estatal, con el drama de los nombramientos, expulsiones, jurados y tensión. Pero todo muy blanco, muy TV3, alejado de Risto Mejide o Gestmusic. De hecho, Josep M. Mainat y Toni Cruz han repetido que habrían querido asumir ellos el encargo porque aquello es un Operación triunfo low cost, sin academia. El programa tiene muchos ingredientes que lo hacen atractivo, la factura, los presentadores, pero todo gira sobre una figura: los concursantes. De ellos depende que el programa tenga gancho. Y siendo los reyes de la fiesta los del primer año recibieron una frase desdichadamente habitual en TV: "Una parte de tu sueldo es salir por la tele". En su caso: todo el sueldo. No cobraron ni un euro. Una vergüenza. Muchas obligaciones y ninguna otra retribución que "salir por la tele". Un disparate que este año la productora ha corregido.
El diario Ara ha conseguido una copia de los contratos de los chicos y chicas que han firmado con Veranda, la productora, para participar de la segunda edición. Y su salario es semanal, ya que pueden ser eliminados cualquier semana y dejar de cobrar. Cada concursante cobra 264 euros a la semana. Si duran todo el mes, 1056 euros mensuales. Por debajo del Salario Mínimo Interprofesional. Ensayos, pruebas, compromiso de obedecer las directrices de la productora... todo por mil euros en el programa que revienta audiencias. Conviene distinguir de lo que es ir a concursar a Atrapa'm si pots, una hora respondiendo preguntas de Llucià Ferrer, nada que ver con un formato descomunal que requiere decenas de ensayos, pruebas de vestuario y maquillaje, memorización, promoción, reposo, etc. Ser concursante de Eufòria no es un hobby, es un trabajo. Y mal pagado. Otra cosa es que los chicos lo harían gratis porque la ilusión les puede.
El programa según TV3 tiene un coste de 1,9 millones de euros. De todo este dinero una pequeña parte se destina ahora a pagar a los bailarines y los concursantes. La mayor parte va al equipo de profesionales que lo elabora y a la productora como beneficio empresarial. Lo que no ha publicado el periodista Àlex Gutiérrez es un dato más interesante, cuánto cobra Marta Torné, Miki Núñez, Elena Gadel o cuál es el beneficio de la productora. Esta información siempre es tabú cuando TV3 coproduce programas, queda en el secreto empresarial. Pero los 264 euros de los niños, eso no lo han querido ocultar.
El formato donde se inspira Eufòria, OT, ha remunerado siempre a sus concursantes. No les paga las cifras astronómicas que cobra por ejemplo un VIP para ir a Supervivientes o a Tu cara me suena, pero como mínimo valoran que concursar es un trabajo que los obliga a abandonar sus profesiones. Ya desde el primer año, cuando ni se sabía el éxito de Operación triunfo, los Bisbal y Chenoa cobraban 300 mil pesetas al mes, un buen sueldo de la época. Ahora serían mucho más que 1800 euros de 2001. Eufòria es un transatlántico con una gasolina barata: la ilusión y el talento de concursantes mileuristas.