Ha llegado el día D, el estreno del nuevo Sálvame. Telecinco despidió a toda la plantilla del programa estrella de la cadena por razones políticas, querían unas tardes menos PSOE y más PP-Vox desde la matriz italiana de Mediaset. Ana Rosa hace el ridículo de audiencia con cifras que rondan el 10% (ella situó el umbral del fracaso por debajo del 16%) y la empresa tiene pánico a que el nuevo Ni que fuéramos Sálvame sea un éxito. Quieren contraprogramar con un Socialité cada día a la misma hora, de 4 a 7 en el canal Divinity. Quizás no hará falta. De momento el estreno del nuevo Sálvame es un fiasco. A las 5 de la tarde eran 30 mil personas mirándolo por Youtube, la plataforma mayor desde donde se puede ver. Por mucho que sumen en otras plataformas, y tratándose del programa del estreno, se queda muy corto.
Tiene muchos problemas: no solo los técnicos que se pueden disculpar (mala sonorización, cámaras robotizadas que no enfocan bien, se cuelan audio que no son...) sino de concepto. Es un programa con solo cinco sillas, la presentadora María Patiño, que hace el programa descalza, y cuatro colaboradores que no se pelean. No hay tensión, no hay un invitado VIP sometido al tribunal, solo vídeos de agencias. Intentan provocar, Kiko le dice a su exmujer "Macoca" en lugar de Makoke, atribuyéndole consumo de cocaína. Nadie los contestará. Necesitan enemigos, y no los tendrán. Les harán el vacío. Faltan los cebos míticos de Sálvame. Y falla la presentadora. Patiño parece que haga Socialité y hace falta mucho más dominio de un plató. Parece un pódcast. Solo está pensado prara los nostálgicos de Sálvame y estos están decepcionados, no es su Sálvame, es un low cost sin Kiko Hernández, Jorge Javier Vázquez ni la gran mayoría de caras del programa. EN Blau ha podido acceder en exclusiva al salario que cobran los colaboradores y es muy bajo: 150 euros por programa. y son 3 horas más el tiempo que dure la reunión preparatoria. Cobran poco. Ya lo advirtió el propietario de todo, el tarraconense Óscar Cornejo, en una entrevista en la SER: "No hay presupuesto". No tienen un euro y se nota.
El programa tiene estrellas de Sálvame pata negra, de los inicios, Belén Esteban, Kiko Matamoros o Lydia Lozano, pero faltan muchos. Por ejemplo no habrá colaboradores que vengan de lejos porque hay que pagarles el billete de ida y vuelta, que ya se come el presupuesto. Veremos poco a Chelo García Cortés, que vive en Castelldefels y tiene que desplazarse a Madrid. El programa aparte tiene otro problema. Los colaboradores que están colocados en otras cadenas, por ejemplo Pilar Vidal que sale en Espejo público, y que aparece en la promo del nuevo Sálvame no saldrá nunca. La razón es sencilla, según ha podido saber EN Blau, Atresmedia se lo ha prohibido. Si quiere ser de Antena 3 no puede salir también en Quickie, el canal de internet que ha creado la productora. Dicho de una manera más cruda: solo han aceptado colaborar los que no tienen otras TV donde salir. Hacen el nuevo Sálvame por vanidad o por dinero (poco).
Esta es la estrategia de la competencia y de los famosos, hacerles el vacío. Y el programa tendría que haber empezado con una bomba informativa, o con una entrevista estelar, que obligara a todos los digitales a hablar y a darles visibilidad. No la tenían. David Valldeperas, el director, grita en antena y fuera de antena y se escuchan sus gritos y nadie le hace caso. El programa no tiene ni pausas de publicidad. Las hace cada internauta. El problema es que sin ganchos, sin incentivos, no vuelves. La clave siempre es el segundo programa. Si el jueves no mejoran mucho, no funcionará.