Han pasado más de dos meses desde que el escabroso caso de Daniel Sancho saliera a la luz, pero las informaciones al respecto siguen siendo motivo de titular y tertulia en los medios de comunicación. La vida pasada del acusado es, cuando menos, uno de los aspectos que más ha llamado la atención de todo, ya que parece ser una de las cuestiones determinantes para acabar de comprender los porqués de un crimen que todavía guarda muchas incógnitas. Más allá de qué hacía el chef en su tiempo de ocio, sus amistades en las altas esferas de la sociedad madrileña, sus negocios o su pareja oficial, su relación real con Edwin Arrieta, el cirujano colombiano asesinado y descuartizado, sigue siendo un misterio.
Ha sido gracias al testimonio de Viviana Ordosgoitia, mejor amiga del facultativo, que en los últimos días hemos podido seguir descubriendo de cerca cómo era el vínculo que Arrieta y Sancho tenían. Un vínculo clave, dado que todo indica que se trata de un crimen pasional. Ella, que conocía muy bien a la víctima desde que coincidieron en un grupo de 'running', ofreció en primera instancia una entrevista grabada al programa Y ahora Sonsoles, a través de la cual se presentaron las imágenes de la vida que el amigo especial del cocinero estaba construyendo en Madrid. Su intervención no ha quedado aquí, sin embargo. El pasado 10 de septiembre, Ordosgoitia se sentaba en plató para charlar en directo con Sonsoles Ónega sobre más cuestiones de interés en las indagaciones de este atroz suceso.
Viviana destaca que, como ya se había publicado, su amigo era muy creyente y nunca nadie de su entorno supo de su verdadera orientación sexual. En cualquier caso, de lo que sí que tenía constancia era de la estrecha relación que Edwin tenía con el también hijo de Silvia Bronchalo. Para ella, Daniel Sancho era un español con quien abriría un negocio de hamburguesas próximamente una vez se instalara en España de manera definitiva. De acuerdo con sus declaraciones, el colombiano estaba muy emocionado para trabajar con él, a quien se refería siempre como su socio o amigo, pero nunca como su pareja. Destaca, sin embargo, que su relación era bastante complicada y acostumbraban a discutir. Aun así, en el pasado hicieron incluso una escapada juntos a Ibiza. Sin embargo, fue el último viaje de Arrieta a Madrid, en junio, el que marcó la diferencia en su relación y podría haber motivado el crimen.
Con motivo de la inauguración de otro local de hamburguesas en el que Sancho ya trabajaba, hicieron una fiesta con los amigos más próximos para dar apoyo al proyecto. Aprovecharían estos días también para organizar su próximo —y fatal— viaje a Tailandia de cara a julio. Viviana asevera que Arrieta les explicó que viajaría con más amigos, no solo con Sancho, pero que había confesado tener muchas ganas de marcharse hacia el continente asiático. Sorprenden, también, otras palabras de la mejor amiga, donde asegura que cree que "murió feliz", ya que ella sí que tuvo oportunidad de hablar con él por teléfono cuándo ya había aterrizado en Bangkok. Lo escuchó tan ilusionado que nunca hubiera imaginado una tragedia de estas dimensiones.
Daniel Sancho sigue recluso en la prisión de Koh Samui a espera que se celebre el juicio. La Fiscalía lo acusará de asesinato premeditado, y lo más probable es que la condena que se solicite sea la pena de muerte.