El próximo 7 de diciembre se cumplirán cuatro meses desde que Daniel Sancho traspasara por primera vez el umbral del centro penitenciario de Koh Samui. Una prisión que se ha convertido en su nueva casa de manera preventiva después de que saltara la noticia de un crimen macabro como pocos y a la espera de que haya una resolución judicial firme. El hijo del actor Rodolfo Sancho está acusado de tres delitos: el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, el descuartizamiento y ocultación del cadáver y la sustracción de la documentación de la víctima para eliminar pruebas.
Desde que se hiciera público el documento de la Fiscalía con los cargos que se le imputan y con el bagaje de una presión mediática exagerada, el foco ha vuelto a Tailandia. Recientemente, el reo salía del penal para, por fin, hacer su declaración ante los magistrados del Tribunal de Samui. Sin Silvia Bronchalo, su madre, pero con la compañía de su famoso padre, el chef madrileño convertía la fecha de su vista a las Cortes en el día perfecto para el enésimo giro de guion de un caso escabroso y lleno de incógnitas. Contra todo pronóstico, se declaró no culpable de dos de los tres delitos. Solo admite que descuartizó el cuerpo.
Una de las hipótesis que se planteaban el pasado mes de agosto, cuando el tema ocurría de dominio público, era la posibilidad de que Sancho nunca hubiera efectuado todas estas escalofriantes acciones en soledad. A estas alturas, sigue siendo el único acusado. Sin embargo, ya entonces era Carmen Balfagón, criminóloga y portavoz de la familia de cara a la prensa quien proponía este escenario alternativo a la versión oficial. "Estoy segura de que estaba acompañado (...). Parece que hay un acuerdo con otra persona para que él se deshaga de una parte del cuerpo", explicaba a los medios. Sin embargo, el polémico 'Big Joke', número dos de la policía tailandesa que copó titulares durante semanas y acabaría siendo protagonista de un entramado criminal de sobornos, negó rotundamente esta idea en reiteradas ocasiones.
En cualquier caso, ahora vuelve a haber un cambio en las explicaciones de los investigadores de cara a la galería. El programa Vamos a ver, de Telecinco, ha ofrecido en exclusiva las imágenes de la grabación de una entrevista al coronel Panya Niratimanon. Él es el jefe de la comisaría de la isla de Koh Panghan, donde el suceso tuvo lugar y presente en el primer interrogatorio. El cambio radical en todo surge de varias declaraciones en el espacio de Joaquín Prat que aportan información no contemplada hasta ahora, como ahora que "Daniel no llegó a Tailandia desde España, él vino de otro país".
Cabe decir que el agente no ha querido entrar en demasiados detalles, ya que se tienen que reservar los datos de cara al juicio. Sin embargo, los periodistas del formato plantean que, probablemente, hizo este viaje "acompañado de otra persona". Si esta tercera persona existiera y lo ayudó a deshacerse de un cadáver, no lo sabemos. Si realmente no volaba desde España porque tenía que hacer una escala —lo cual es bastante lógico teniendo en consideración las distancias—, tampoco. Sea como sea, palabras como estas de boca de una de las primeras personas que tuvo contacto con el 'youtuber' culinario vuelven a ser el germen perfecto para las teorías y las habladurías.
"La confesión inicial, en la que la policía le lee todos los cargos, incluida la premeditación, y él en un perfecto inglés los acepta", aseveraban al programa. Ahora dice que no. Más interrogantes sin respuesta.