Pronto hará un año que estallaba el caso Daniel Sancho. El hijo del actor español Rodolfo Sancho entraba en prisión preventiva por haber matado y descuartizado a Edwin Arrieta, un cirujano colombiano que también había viajado a Tailandia. La noticia dejaba a todo el mundo helado y encabezaba de forma transversal en los medios de comunicación, desde la sección de sucesos, hasta la prensa del corazón. Todo el mundo se quedó en 'shock' al conocer el relato de los hechos. ¿Cómo podía ser que el hijo de una familia acomodada, como la del actor, le haya pasado por la cabeza asesinar y cortar a trozos a una persona? ¿Y más con quién tenía una relación de amistad?

La larga y expectante investigación que concluirá el próximo 29 de agosto después de analizar las doce sesiones del juicio. Pero para amenizar la espera, resulta que el joven tenía otra cita con la justicia. No, no tuvo bastante con todo el revuelo del homicidio, su historial ya venía manchado de hacía días.

Daniel Sancho durante la reconstrucción del crimen / Atresmedia
Daniel Sancho en la prisión / Telecinco

Daniel Sancho tenía otro asunto judicial abierto desde el 2021 por un delito de lesiones. Concretamente, estaba acusado de haber agredido a un hombre el año 2019. Muy fuerte. El hijo del actor agredió a un ciudadano después de saltarse toda la cola de espera para un taxi, y que uno de los que esperaba (la víctima) le recriminara la actuación. Fue entonces cuando decidía contraatacar y justificarse con un puñetazo a la víctima rompiéndole uno de los dientes. Todos los madrileños harían cualquier cosa para no quedarse sin un taxi, sin embargo, no respetar la cola nunca sería una de las opciones. Sancho se pasó de rosca, y eso lo hizo empezar el suyo primero (y no único) problema judicial. Así pues, el joven tenía que declarar para el suceso, el pasado 7 de noviembre, una cita judicial que finalmente se tuvo que anular a raíz de las condiciones fiscales de Tailandia. Según la Fiscalía, el acusado no podía conectarse en videollamada. Finalmente, el asunto se alargó hasta el día de hoy, el 5 de junio.

Daniel Sancho llegando al tribunal durante el juicio de Edwin Arrieta / EFE

La víctima pedía año de prisión, 600 euros por lesiones y una suma de 1.500 por las secuelas que había dejado el puñetazo a la víctima, y también la inhabilitación especial del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condenas, es decir, no podría ser candidato a unas elecciones. Sin embargo, seamos sinceros, no creemos que ahora mismo le angustie demasiado este asunto. La videollamada ha sido corta y escasa, Daniel Sancho se ha limitado a responder un rotundo , reconociendo el incidente y entendiendo con un 'perfectamente' la condena que le correspondía. El acuerdo ha constado de una multa de 450 euros, y además con también le había pagado unos 2.100 euros al joven, por las lesiones y las secuelas.

Cabizbajo y reconociendo el acto, una actitud nunca vista en el acusado, ya que hasta ahora los familiares de Edwin Arrieta denuncian y señalan un comportamiento grotesco y de superioridad en cada una de las sesiones del juicio. Daniel Sancho tiene muy clara su inocencia hacia una serie de pruebas que lo señalan como el principal culpable. Las cartas están encima de la mesa, y ahora solo queda esperarnos para sacar el quid de la cuestión el próximo 29 de agosto.