Uno de los errores más comunes es pensar que un deportista de élite, solo por el simple hecho de haber llegado a tocar la gloria, ya tendrá la vida solucionada. Cuántas veces hemos visto casos, por ejemplo en el mundo del fútbol, de jugadores que de probar la parte exitosa de la profesión, pasan a una vida llena de excesos, malas decisiones, lesiones que desembocan en una espiral de visitas al hospital o de otros hechos que no pueden controlar y que le dan la vuelta a la tortilla. Futbolistas que pasaron de ser ídolos para los aficionados de sus equipos a gente apartada de los terrenos de juego que se tiene que ganar la vida como puede. Es el caso de todo un campeón de la Premier.
Hablamos de Danny Drinkwater, uno de los artífice del sorprendente Leicester que consiguió un hito en la liga inglesa, al proclamarse campeones de la Premier el año 2016, ante los Manchester City, Arsenal, Liverpool y compañía. Una temporada para enmarcar que le valió un fichaje por el Chelsea y tres internacionalidades con la selección inglesa. El futbolista no repitió el éxito de los foxes, hasta que colgó las botas el año pasado. Un jugador a quien su cabeza y algunas circunstancias vividas le han hecho sufrir un infierno: "Sufro problemas de salud mental. Murió mi abuelo, a mi padre le diagnosticaron leucemia y perdí a mi perro. Empecé a conducir bajo los efectos del alcohol. No era yo. Cometí un gran error. Además, también estaba luchando por mi hijo. Estaba perdido".
Muchas salidas nocturnas, mucho alcohol, y muchos disturbios fruto de la ebrietat permanente, como por ejemplo, estrellar su Range Rover de 125.000 libras contra un muro, de medianoche, después de volver de una fiesta, con la consecuente retirada de carné. Ahora, una vez retirado del fútbol, Drinkwater ha sorprendido a los aficionados con su nueva imagen mostrando cuál es su nueva vida: hacer de albañil en una obra: "Este es mi lugar, a día de hoy", dice mostrando cómo está ayudando en la reforma de una casa, y respondiendo al alud de comentarios que generó la imagen: "Me han llegado muchos mensajes. Eso me gusta. Es una decisión".
Y tiene toda la razón. Bravo por él. Lo importante es que se recupere de una vez por todas del alcoholismo y los problemas de salud mental y que se gane la vida como quiera y pueda.