Las plataformas audiovisuales lo tienen claro, no puede haber un famoso sin su serie documental. Ahora ha sido el turno del exfutbolista David Beckham, mito deportivo inglés, sex symbol mundial y uno de los dueños del Inter de Miami de Leo Messi. También el marido de Victoria Adams, integrante de las no menos famosas Spice Girls, icono de moda y personaje polémico, arisca y fantasioso. Su imaginación es superior a su poder adquisitivo; también la jeta con la que se dirige a los espectadores del docu. Por suerte, David le ha puesto freno en alguna de sus trolas.
El protagonista principal es, evidentemente, Beckham. El repaso de su vida es minucioso a lo largo de 4 capítulos. Sus orígenes humildes, el sueño de triunfar como futbolista en el equipo de sus sueños, el Manchester United, la explosión deportiva y de marketing, la relación con su señora, la etapa en Madrid, la fama... Los admiradores del mediocampista y, en general, los aficionados al fútbol lo encontrarán de lo más interesante; también los fans del cotilleo y el gossip, porque hay detalles de su intimidad que son como un bol de palomitas recién hechas. No puedes parar. Ahora bien, nada comparable a la bofetada humillante que le clava a su mujer cuando intenta colar una bola como una casa de campo.
Victoria se encuentra cómodamente sentada en la sala de estar de su mansión, rodeada de lujo, de diseño y de pompa, cuando empieza a hacer volar su imaginación, reconstruyendo su biografía personal. Explica que, igual que su marido David, ella también viene de una familia modesta, de "clase obrera". Bien, no es exactamente lo que conocíamos de ella, hija de un ingeniero electrónico que, en aquella época, seguro que no se ganaba mal la vida. Y así es. David, que la conoce desde hace décadas, es consciente. Por eso, mientras escuchaba a su esposa durante la entrevista desde una habitación contigua, no se puede aguantar. Saca la cabeza por la puerta y le dice: "Sé sincera". Aquí empieza un diálogo hilarante y que deja muy mal a Victoria. Como una falsa.
"¡Soy sincera!", replica ella. Beckham: "No, sé sincera". Entramos en bucle, hasta que David le plantea la pregunta clave: "¿En qué coche te llevaba tu padre a la escuela cuando eras pequeña?" La cantante sabe que se ha metido en un laberinto de difícil salida. Intenta esquivar la bala: "No es tan sencillo.. Mi padre... Depende". Pero su marido no la deja zafarse, ni mucho menos. "No, no, no, no, no". Consciente de que ha perdido, la posh (pija) entrega la cuchara: "Vale, en los 80 mi padre tenía un Rolls Royce". Re-tra-ta-da. El exfutbolista remata con teatralidad: "Gracias". Y desaparece. La escena es un 10.
Hahahaha David Beckham wasn't having Victoria as coming from a working class family. pic.twitter.com/sVBM7IxK6T
— AFC GLEN (@AFC_GLEN) October 4, 2023
Victoria Beckham, la Ana Obregón british. Victorita la fantástica. De hecho, les gustaba el mismo hombre. Por eso se detestan. Todo cuadra.