Es uno de los periodistas deportivos de tele con más trayectoria, profesionalidad, pasión y más respetados por la profesión y por el público. Una de aquellas caras que están siempre en las ruedas de prensa, en los aeropuertos cuando llegan o se marchan los jugadores, en las cabinas de prensa de los estadios, en las zonas mixtas o, en definitiva, allí donde está la noticia (y las exclusivas, que ha sacado, y muchas). David Bernabeu es uno de aquellos periodistas como no quedan muchos, de raza, apasionado por su trabajo, por los deportes y por el Barça. Sin temor a consecuencias ni amigo de ir con medias tintas, suele hacer las preguntas que tocan, a menudo, en clave Barça-Madrid, una rivalidad que los espectadores de su cadena han agradecido durante los últimos años. Pero después de mucho tiempo siendo uno de los periodistas y reporteros más reconocidos de Deportes Cuatro, el bueno de David deja la cadena.
Se hace difícil imaginarse cualquier información referida al Barça sin ver su mano cogiendo el micrófono de Cuatro, pero en la cadena de Mediaset corren tiempo de cambios, aunque David nunca pudo pensar que le afectarían a él: “Llegué a creer que era algo indestructible y que no habría final posible, pero nada es eterno”, reconocía emocionado el reportero, que empezó una larga etapa de su vida profesional y personal ahora hace 15 años en Saint Andrews con el Barça de Frank Rijkaard. Pero ahora, "termina mi etapa en 'Deportes Cuatro'. Ha sido el programa de mi vida. Un viaje alucinante, apoteósico e irrepetible. Durante tres lustros, he disfrutado como un poseso haciendo televisión en la calle, he aprendido de los/las mejores y he conocido a gente fuera de serie. Hoy digo, sin temor a equivocarme, que son mis amigos y les quiero como si no hubiera un mañana. Hemos sido felices":
El periodista las ha vivido de todos los colores cubriendo la información azulgrana para el canal estatal. Éxitos del Barça de Guardiola o de Luis Enrique, pero también vacas flacas con la gestión de según qué presidentes y años de penurias. Han sido quince años, sin embargo, llenos de satisfacciones por hacer el trabajo que más le gusta, en su caso, más que un trabajo, la pasión por comunicar y explicar las cosas que pasan. Pero ha llegado la hora de los adioses, inesperados eso sí: "Nada va a a borrar lo que hemos vivido, algo que me llevaré a la tumba para los restos. Ha sido una experiencia premium única. A partir de ahora, a seguir. Seguro que se abrirán ventanas pero antes cierro ésta con la sensación del deber cumplido y de no haberle fallado a la que siempre consideraré MI GENTE. ¡Hasta siempre 'Deportes Cuatro'. Fue un honor".
Muchas informaciones, muchos partidos, muchos campeonatos, muchas finales, muchos entrenamientos y mucho rascar bajo las piedras para conseguir las mejores declaraciones. Un profesional íntegro, mosca cojonera con el poder, como debe ser, respetado por sus compañeros de profesión, que al saber de la noticia han respondido dándole su calor público. Le han llovido los elogios más que merecidos:
Servidor también le ha conocido y tratado. Respetuoso, siempre predispuesto a dar una mano, trato impecable. Seguro que allí donde vaya le irá de maravilla, se lo merece. Porque sería un lujo que el periodismo deportivo prescindiera de David Bernabeu. Desde aquí, todos los ánimos del mundo, y nuestro reconocimiento hacia él en forma de vídeo. Porque aquí y ahora queremos recordar la mejor rueda de prensa de la historia, la de Pep Guardiola en el estadio homónimo de David, un Bernabéu que acogía las semifinales de la Champions entre el Real Madrid y el Barça, y donde, en la previa, Mourinho hizo de Mourinho, quejándose de supuestas ayudas arbitrales al Barça de Guardiola. La respuesta de Pep, ya saben, la de "en esta sala, él es el puto jefe, el puto amo...", ya ha pasado a la historia... ¿Y quién fue el autor de la pregunta que lo originó todo?... ¡Bingo! El gran David Bernabeu:
Guardiola se equivocaba. En esta sala, las salas de prensa de los clubes, el puto jefe, el puto amo, no era Mourinho, era David con sus preguntas. Cuatro no sabe lo que se pierde. Un abrazo y seguro que lo veremos pronto en otro medio.