Queda poco para saber quién será el ganador de la décima edición de Masterchef. El talent culinario de TVE está llegando a su parte final y los nervios, la tensión y las ganas de hacerlo bien, ahora que estamos en el momento crucial del programa, se palpan en el ambiente. Quedan sólo tres galas para la gran final donde sabremos si finalmente las dos grandes favoritas, María Lo y Verónica, disputan el duelo final. De momento, sin embargo, este lunes hemos asistido a uno de los momentos más angustiantes de esta edición, con uno de los concursantes y con el chef Jordi Cruz como protagonistas. Un concursante que le ha ganado el corazón a muchos espectadores. Un hombre que ha sufrido un infierno años atrás por culpa de las drogas, la mala vida y muchos problemas de temperamento mal canalizado: David. El aspirante madrileño, sin embargo, ha dejado atrás aquella pesadilla, gracias a mucha fuerza de voluntad, a la constancia, al deporte y a la meditación. Y a su hijo pequeño de seis años, el motor de su vida. Pero a veces, se le vuelven a aparecer fantasmas del pasado en forma de nervios, angustia y crispación. Como ha pasado este lunes.
Prueba de exteriores, con los dos equipos con delantales azules y rojos. David afronta la primera elaboración de su equipo y no sale adelante. Y los nervios empiezan a florecer. Él intenta serenarse, pero no lo consigue: "Me estoy agobiando porque esto no es normal. ¡Me estoy agobiando! Esto no va a ir bien", empezaba a avisar a sus compañeros. La tensión va en aumento porque no ve como controlar los nervios, respirar fondo y contar hasta tres. Se acerca Jordi Cruz y empieza a aconsejar al equipo para que consigan enfilar el plato. Pero en estos momentos, el concursante ya no está ni para escuchar las explicaciones del miembro del jurado. Desesperado, mientras Jordi Cruz y Pepe Rodríguez, sin ser conscientes de la situación, sonreían, dice: "Se me está cruzano el cable. Me está saliendo el demonio, ya te lo digo yo. Voy loco perdido. Tengo una sudada encima... No voy a terminar. No puedo, no puedo. Tengo que parar un momento, de verdad te lo digo. Se me está cruzando el cable. Menuda mierda, esto no me está saliendo bien. Tengo una ansiedad ahora mismo del carajo. Tengo que largarme de la cocina porque la voy a liar".
Se marcha y Jordi Cruz le sigue. El chef empieza a preocuparse y le pregunta qué le pasa. Él le responde que "me estoy agobiando... se me está yendo, ¿eh?", y Cruz intenta calmarlo, primero soplando, después detectando el problema, "eso se llama presión, y la presión quiere salir. No pasa nada, relax. El trabajo mecánico ayuda a mantener la mente en blanco". El concursante vuelve al trabajo, poco convencido, pero un poquito más tranquilo después de hablar con el chef. Un momento angustiante que los espectadores del programa han comentado, muchos, recordando a la añorada Verónica Forqué y su paso por Masterchef Celebrity:
"Se me está cruzando el cable, me está saliendo el demonio". David ya no puede más y ha tenido que parar #MasterChef10 pic.twitter.com/l7hCINyita
— MasterChef (@MasterChef_es) July 4, 2022
Por un momento pensé que David le daba una hostia a Jordi y a Pepe, ¿eh? #MasterChef10
— ������������������������������������️���� (@patriikamikaze_) July 4, 2022
A Verónica se la lleva al límite pero a David no. Porque uno puede ser violento, la otra no.
— Jorge Osma C. (@JorgeOsmaC) July 4, 2022
La lección no es llevar a los dos al extremo, sino que no se debería llevar a ninguno…#MasterChef10
Veis lo ""bien"" que gestiona David las cosas... pues por eso invertir en salud mental es importante... que luego hay demonios internos y pasan que cosas #MasterChef10
— Criis D (@InfiresMeen) July 4, 2022
Vaya, cuando a David le metemos un poquito de presión con 1 PLATO, monta el numerito, pero luego bien que nos reíamos cuando Verónica se veía presionada y criticábamos. #MasterChef10
— Un Mochuelo ���� (@MdeMochuelo) July 4, 2022
Pasado el mal trago, David consiguió salvarse en el programa de ayer. Quedan ya sólo cinco aspirantes. Esperemos que esté tranquilo de aquí a final del programa, y también después, y que pueda vencer de una vez por todas a estos demonios que de vez en cuando se le presentan por su cabeza.