Los bulos, fakes y mentiras se extienden por la red a la velocidad del rayo. Miles de mensajes van y vienen descontrolados por las diferentes plataformas, sin que (casi) nadie pueda comprobar su verosimilitud. Un hecho que, sumado a la situación política y la crispación de los internautas, convierte el mundo virtual prácticamente en un escenario de guerra. La confusió manda, y una buena muestra es la polémica surgida a raíz de una carta dirigida al actor Juan Diego Botto, de conocida ideología de izquierdas, en torno al "descubrimiento" de muchos españoles de que la Guardia Civil puede manipular, intoxicar y agredir en nombre de la patria. La grande y libre, claro.
El escrito ha ido saltando por plataformas como Facebook o Whatsapp, e iba firmada por David Fernández. Todo el mundo la atribuía erróneamente al exdiputado de la CUP, periodista y activista. Allí se decían cosas como estas: "Llegáis tarde @JuanDiegoBotto. Los españoles no fachas llegáis tarde. ¿En qué cojones pensabais?". Presos políticos, exiliados, CDRs, libertad de expresión, violencia policial, franquismo, guerra judicial... "Nos habéis abandonado y utilizado hace muchísimo. AHORA NO ME BUSQUÉIS". David ha desmentido ser el autor del texto con un mensaje contundente, en este caso 100% estilo Fernández: "No soy yo. Si algún día le escribo, nunca olvidaré que me dirijo al hijo de un asesinado-desaparecido por la dictadura militar argentina". La realidad es que el escrito es un hilo de Twitter, y pertenece a otro David Fernández, de la ANC y el Cercle Català de Negocis.
LA CARTA:
Que la carta decía muchas verdades no se puede discutir. Que leyéndola era evidente que no era del periodista, también. Lo más importante: la reflexión final. No es baladí.