Antonio David Flores acaba de ganarle una batalla a Rocío Carrasco. Una que habrá hecho mucho daño a la protagonista del documental autobiográfico más desgarrador y polémico de las últimas décadas en la televisión española. Sus peores previsiones y temores se han cumplido: su hijo David ha testificado contra ella en el juzgado, ratificando la demanda por impago de su manutención. Rociíto habló sobre ello durante la conexión que hizo en el debate que analizaba el episodio número 11 de la serie, explicando por qué el joven de 22 años con Síndrome de Angelman estaba citado en los tribunales para ir contra ella: el exmarido lo manipula, como hace con la otra hija Rocío, y presentó la querella en nombre de David. Carrasco confiaba en parar el procedimiento a través de un recurso, pero no lo ha conseguido. La declaración se ha hecho a través de videoconferencia desde los juzgados de Málaga, donde reside su hijo, mientras que la vista tenía lugar en Alcobendas, Madrid. La madre, eso sí, no ha ido a sede judicial, dejando todo en manos de su abogado.
Han sido dos horas de declaración y, aunque el contenido no se ha hecho público, sí que sabemos gracias al abogado de los Flores que David ha decidido tirar adelante con la reclamación judicial contra su madre: "Ha dicho que quiere reclamar. Lo ha dicho en presencia judicial, creo que con eso se disipa cualquier duda". El letrado ponía el sal en la herida de Carrasco, relatando cómo había sido la sesión y el estado anímico del chico: "cuando alguien dice la verdad se le ve tranquilo y es lo que ha declarado. Ha estado con una tranquilidad abrumadora". También ha blanqueado la imagen pública de su cliente, presentando al exguardia civil como un padre abnegado y modélico, a pesar de utilizar a los hijos en su guerra contra la expareja. "No me ha preguntado sobre la declaración, sobre todo lo que quería preguntar era por el estado de su hijo". El padre del año, vaya.
Rociíto puede acabar con Antonio David pública y profesionalmente, pero parece que ha perdido lo más valioso de esta relación infernal: a sus hijos. Recuperarlos es una utopía.