Rocío Carrasco se hunde cada 15 de diciembre. Coge el teléfono y busca fuerzas para llamar su hijo David para felicitarlo por su cumpleaños. Ha vuelto a pasar: según revela Antonio David Flores, la madre no ha felicitado al hijo ni el día que hace 22 años. Rociíto rechaza a su hija, Rocío, después de que la justicia la condenara con una orden de alejamiento por pegar a su madre cuando era menor. Pero más incomprensible es que Rociíto se niegue a hablar con su hijo que sufre una discapacidad, síndrome de Angelman. Así es ahora David:
Dice su padre "Ya es un hombre, 22 tacos. Le he comprado de regalo un micro con un pen drive para que se grave cantando. Le encanta la música. Haremos una tarta y le cantaremos. ¿Que si le gustaría que su madre le felicitara? Bueno tú ya sabes. Son muchos años los que han pasado. A él le haría mucha ilusión". David canta, se graba y añora a su madre. Tiene un retraso en el desarrollo, problemas de habla y equilibrio y discapacidad intelectual. Rociíto no quiere saber nada y el padrastro de los niños, Fidel Albiac, menos.
Rocío Flores quiere mucho a su hermano pequeño. Le ha dedicado un post muy tierno Mi vida": "Felicidades mi enano, tu eres mi regalo de la vida, que nada ni nadie te borre esa sonrisa que me alegra la vida, deseo que siempre seas tan feliz como eres, nadie me ha enseñado tanto como tú, eres la persona más guerrera que conozco, siempre superándote y siempre haciéndonos feliz. Te amamos". Si Rociíto lee esto no podrá hacer nada más durante todo el día que llorar.
David ya tiene 22 años y una familia que lo quiere: un padre, una madre a la que no ve, un padrastro que no le quiere y una madrastra, la mujer de Antonio David, que le cuida. Si Rocío Jurado levantara la cabeza, muchos morirían de pánico. Desde donde esté, lo ve todo. Alguien pagará.