Después de unos días donde se oyó decir de todo, David Meca ha querido volver a justificar un tuit que escribió a raíz de una agresión sufrida por su madre: "No soy racista y creo que a la gente hay que darle oportunidades... pero por favor.. basta de mala educacion y basta de gente/culturas que no respetan a las mujeres. Mi madre en el suelo y el mantero riendo despues de haberle golpeado... VERGONZOSO!". La red lamentó lo vivido por su madre, pero no los términos con los que el nadador se había expresado. De racista para arriba, fue lo más bonito que oyó. Entonces no quiso hablar con nadie. Ahora lo ha hecho para el diario El Mundo,
No soy racista y creo que a la gente hay que darle oportunidades... pero por favor.. basta de mala educacion y basta de gente/culturas que no respetan a las mujeres. Mi madre en el suelo y el mantero riendo despues de haberle golpeado... VERGONZOSO!
— David Meca (@_davidmeca) May 22, 2019
Explica que la madre está mejor, recuperándose de una fisura. Y ha vuelto a cargar contra los que le cuelgan etiquetas: "Quien me llama facha no sabe ni a quién voto, ni si cuelgo en mi balcón la bandera de España, de Cataluña o la de Júpiter... A la gente le encanta llamarte cosas sin llegar a conocerte. Me da igual que quien golpeó a mi madre fuera negro de piel o rubio platino, absolutamente igual, lo que resalté fue el acto y el dolor que ella sufrió". Él mismo saca la cuestión identitaria y el diario profundiza en el tema: "¿Qué le parece el proceso independentista?". Respuesta: "Yo sólo creo que cada uno es libre de opinar y de decidir lo que quiera. Soy español, lógicamente, y catalán también", dice mientras asegura que le han llegado cantos de sirena para entrar en un partido político, pero él no quiere entrar en aguas turbulentas: "Hasta ahora me he negado totalmente. Hoy por hoy no me quiero mojar".
Sí se ha mojado, y mucho, hablando del dramático complejo que tenía de pequeño. Él mismo, hace tiempo, escribió unas sobrecogedoras palabras en su Instagram: "No puedo evitar sentir una cierta tristeza cuando veo mis fotografías de niño: hierros en las piernas, columna desviada, problemas constantes de oídos, asma, dientes de leche dañados por la fuerte medicación… Las burlas de los otros niños y esa crueldad me hacían sentir inseguro, avergonzado, torpe y vulnerable".
Ahora ha ido más allá abriéndose en canal en el diario y exponiendo como el agua y las piscinas le salvaron la vida, moralmente hablando: "Por la medicación, me temblaban mucho las manos. Eso sí me generó más complejo. Cuando llegaban los exámenes de flauta te tenías que levantar y tocar delante de toda la clase. Todo el mundo se reía porque las manos se me iban, y eso hacía que me pusiera más nervioso... Ahí sí lo pasaba muy mal". Más hermético se muestra Meca hablando de relaciones sentimentales: "Hasta que me retiré de la natación nunca tuve pareja. Soy muy familiar y ahora estoy viviendo con alguien... Disfrutando del momento, de la vida. Toca recuperar el tiempo perdido".