"¿Podemos evitar un debate que a la gente no le produzca rechazo"?. Era la pregunta en voz alta que verbalizaba la moderadora del debate en La Sexta entre 9 candidatos a las elecciones catalanas de este domingo.

Debate de La Sexta

No sabemos si a la gente le produjo rechazo. Sí sabemos que 429.000 espectadores lo vieron, por debajo del Polònia de TV3, pero con un buen 19,5% de share. Si el del otro día en TV3 fue más tranquilo, el moderado por Ana Pastor fue un guirigai, un espectáculo a menudo grotesco con gritos, reproches y todos hablando al mismo tiempo. Con Pastor desesperada.

Más allá de los ataques de los unos y los otros, el debate proporcionó una serie de curiosidades. La más llamativa, el esperpéntico decorado. Un spoiler de lo que sería después el debate, donde no se entendió nada en muchas ocasiones. Una retahíla de líneas confusas que ya anunciaban dolor de cabeza en los espectadores.

Lo que no se vio tanto, porque el realizador debería estar mareado con las líneas del plató, fue el regalo que Laura Borràs le ofreció a Salvador Illa a raíz de su continuada negativa a hacerse el test previo en los debates, tanto en TV3 como este jueves en La Sexta:

La experta en imagen, Patrycia Centeno, apunta un par de cuestiones más que quizás pasaron desapercibidas. No para ella. Por ejemplo, que curiosamente cuando la candidata del PDECat, Àngels Chacón, hizo su minuto de oro, en catalán, sospechosamente a la cámara le cogió un jamacuco. O que la derecha española ya pasa de las corbatas que no hace mucho exigían siempre. Algunos, incluso, como Garriga, pasando del botón de arriba, como si estuviera en el turno de barra libre de una boda. Y que otros candidatos tienen un referentes estéticos curiosos...:

Ánimos. Ya queda sólo un día de campaña y ya no habrá más debates. Afortunadamente.