El tsunami en la radio catalana parece no tener fin: Puyal deja Catalunya Radio, Ricard Ustrell hace lo mismo y ahora es Raül Llimós, jefe de deportes de RAC1, quien anuncia que abandona la emisora del Grupo Godó. Lo ha hecho en un mensaje emotivo en las redes sociales:
Se refiere a la semana de los despidos de Puyal y Ustrell y afirma que el 15 de julio abandonará la Torre Godó de Francesc Macià después de casi dos décadas haciendo los deportes. Es de los veteranos de la emisora y ha ido haciendo carrera al lado de Joan Maria Pou. Uno como jefe de deportes y el otro haciendo las retransmisiones del Barça. Empiezan las especulaciones de si Puyal irá a RAC1 o si Llimós hará los fines de semana de Catalunya Ràdio. La salida de Llimós ha sido consensuada y podrán a alguien de la emisora en su lugar, según fuentes internas a En Blau.
Mientras los oyentes se entretienen, el primer compañero en pronunciarse ha sido Dani Senabre. Hacía el programa nocturno de deportes de RAC1 y las malas relaciones con Llimós hicieron que lo sacaran el programa estrella a cambio de un programa de mediodías que Senabre rechazó, abandonando la emisora de mala manera. Ahora Senabre ha dejado entrever que la decisión de Llimós de no seguir es de la nueva dirección de la emisora, es decir, de Ramon Rovira:
Senabre afirma que es él la razón que RAC1 prescinda de su jefe de Deportes. La guerra soterrada en el departamento deportivo de la radio líder en Catalunya siempre ha estado en boca de twitter. El último ejemplo es el adiós de Edgar Fornós en el mes de enero como encargado de seguir las transmisiones del Barça desde el inalámbrico para poner a Gerard Romero después de ser despedido del programa despertador de RAC105. En aquel momento Senabre ya fue muy duro acusando a deportes de RAC1 de "mafia":
Guerra de clanes, la música de El padrino... Todo muy extraño para un sector del periodismo habitualmente amable como son los deportes y en una radio líder también en programas deportivos. RAC1 tenía en este departamento históricamente una marca propia que ha prestigiado la emisora contribuyendo a hacerla la más escuchada. Pero bajo tierra los movimientos son otros y twitter se encarga de enseñar las guerras internas.