Se llaman Marta Cillán y Sara Giménez, y son dos influencers que en las redes sociales son muy conocidas con su nombre en común, Devermut. ¿Por qué este nombre? Porque este era el clima que querían crear, un ambiente de vermú, en su cuenta de YouTube, el año 2016. Aquella intimidad charlando con amigos sobre confesiones y preocupaciones y mostrar la diversidad del colectivo LGTBI con diferentes testimonios.
Fervientes activistas a la causa, antes de dedicarse en cuerpo y alma a Devermut, Cillán, nacida en Cádiz, fue a vivir a Barcelona para estudiar odontología. Giménez, del Masnou, estudiaba Marketing Digital. Y son pareja.
Su intención como influencers es dar visibilidad a las mujeres lesbianas. Y por lo que dicen haber sufrido en Conil, Cádiz, todavía queda un camino muy largo. Que en este país sigue habiendo cromañones, hombres macho alfa a los que les indigna ver cómo dos chicas se besan, és una obviedad. La homofobia está a la orden del día. Y ellas denuncian haber sido víctimas allí, precisamente de esto.
Devermut iban hacia tierras andaluzas a disfrutar de unos días de descanso, de buena música durante el camino y de sol y playita. Nada indicaba, cuando grabaron estas imágenes, que por la noche, cuando se puso el sol, se encontraron con lo que denuncian en Instagram:
Porque después de cenar fueron a tomar una copa a uno de los locales de noche de Conil. Y allí aseguran que vivieron una experiencia lamentable... y por el solo hecho de ser lesbianas y darse besos. ¿El local? La Luna, donde dicen que las echaron, tal como ellas mismas dicen, "por bolleras. literal. Aquí material gráfico":
Explican que "después de besarnos y tener a 200 maromos mirando, hemos avisado a los porteros, y lo que han hecho es decirnos que quizá habíamos bebido demasiado. Un portero bajito fuertote mazado hasta ha intentado pegarnos, el nivel ha sido fuertote".
Devermut han grabado el momento donde se encararían con ellas, antes de echarlas. Les intentaron quitar el móvil, e incluso, pegarlas, según lo que muestran. Este es el momento:
Las dos chicas, evidentemente indignadas, han vivido en la propia piel "las cosas que nos pasan cada día en la comunidad LGTBI. No nos habían echado nunca de una discoteca por lesbianas. 2021". Repetimos la fecha: 2021....
¿Aquí acabó la cosa? Ni pensarlo. Porque al salir de allí, fueron a otro local de Conil, Chsss Terraza, y se encontraron que "han sido avisados de que habíamos sido echadas del primer esperpento y nada, nos han dicho que sí, pero al momento, 'no había sitio para nosotras'".
Finalmente, Devermut ha anunciado a sus más de 800.000 seguidores, que por la tarde grabarían un vídeo dando más explicaciones de su desagradable experiencia.
Por su parte, el local en cuestión ha reaccionado. ¿Cómo? Con una grabación de las cámaras durante la noche de los hechos. Esta:
Veremos en qué queda todo. Que cada uno saque sus conclusiones. De ser verdad lo que dicen ellas, sería penoso. Sea como sea, aquí una recopilación de los muchos besos que se han dado, se dan y se darán Marta y Sara, por si se encuentran algún día algún imbécil al que no le guste verlo. Que vea que ellas seguirán dándose besos donde y ante quien quieran, sólo faltaría.
Contra la homofobia, besos...