Antes de que se vuelvan a cerrar bares y restaurantes durante unos días, si es que las medidas urgentes que se toman los próximos días van en esta dirección, algunas celebrities han decidido darse un homenaje y tomar un festín suculento y opíparo lanzando la casa por la ventana. Es el caso de Diego Matamoros y su pareja, Carla Barber, tal como informa El Español.

Carla Barber y Diego Matamoros (@diegomatflo)

La pareja está en plena efervescencia de su amor y su relación va viento en popa. El hijo de Kiko Matamoros y la doctora Barber viven una luna de miel permanente y han decidido plasmar su felicidad en una comida donde no se han privado de nada. La pareja tenían que ir hace un par de meses al emblemático restaurante Aponiente del prestigioso chef de estrellas Michelín Ángel León, situado en el Puerto de Santa María, Cádiz.

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Pero un positivo por covid de uno de los trabajadores les obligó a cancelar la cita. Finalmente, el televisivo y la exMiss España fueron reubicados en la agenda del conocido como el chef del mar, y este pasado fin de semana han podido disfrutar de una experiencia culinaria de primer nivel.

Diego Matamoros y Carla Barber (@diegomatflo)

Matamoros y Barber degustaron un menú lleno de productos frescos del mar, compuesto por cinco aperitivos, 12 platos y dos postres. Durante casi tres horas la pareja de enamorados se puso las botas con una oferta de productos que harían salivar a cualquiera. Tomen nota, pero ya les avisamos de que si leen eso antes de comer o cenar, les entrará el hambre. De aperitivos comieron jalapeño de molusco, tortillita de camarón, cortadillo de sarda, canelé de huevas de lisa y verduras de boquerón. Después, la cosa fue todavía a mejor: mahonesa, mantequilla de plancton, fiambres de lisa, bacon de corvina, salpicón de calamar, esencia de langostino, ostión a la marinera, caldillo de pescadilla, halofilas a la crema, tuétano de acedia, morcilla de puntillón y puchero de ortiguilla. Y de postres, coco y miel de mar. Todo, maridado con diferentes vinos blancos de la tierra. Total, entre la comida y el vino, una cuenta que para muchos, sonará al ostión a la marinera que también iba en el menú, un ostión de 630 euros.

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Restaurante 'Aponiente' (@angel_leon_aponiente)

Matamoros y Barber acostumbran a comerse a besos el uno al otro. Esta vez, lo que se comieron fue un festín espectacular no apto para todos los bolsillos. Un gasto, sin embargo, que si se tiene la suerte de tener una cuenta corriente con muchos ceros, cómo es su caso, vale la pena auto-regalarse: seguro que la experiencia fue inolvidable.