La prensa rosa española y el mundo de la tauromaquia ya tienen el culebrón del verano: el divorcio de Enrique Ponce y Paloma Cuevas, después de 24 años de matrimonio, motivado por los cuernos del torero, que ha decidido marcharse con una mujer mucho más joven. Aunque la revista Semana adelantó el miércoles la exclusiva de la ruptura y aseguró que no había terceras personas de por medio, el caso es que el valenciano habría mantenido una relación extramatrimonial, desde principios del 2019, con una chica de 21 años (él tiene 48). Una supuesta infidelidad que ha hecho estallar por los aires una aparente historia de amor idílica, con casi tres décadas de relación a sus espaldas, dos hijas en común y un enorme patrimonio que ahora tienen que pensar cómo repartirse.

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Si bien es cierto que la misma publicación afirmó que Ponce y Cuevas se han tomado un tiempo de reflexión y que todavía no han firmado los papeles, el portal Vanitatis revela también que los abogados del uno y de la otra ya trabajan para dividir los bienes e inmuebles de la expareja. Entre ellos está Finca Cetrina, la casa familiar que tienen en Navas de San Juan, un pequeño pueblo de Jaén. Se trata de una mansión de estilo andaluz construida sobre un gran terreno de 904 hectáreas, que tiene dos plantas y una bodega en un sótano. En el exterior hay una capilla. La mitad de la finca es propiedad del torero y la otra mitad de su empresa, Cetrina Sociedad Limitada, a través de la cual gestiona una explotación agrícola y ganadera, que se dedica a la venta de aceite de oliva virgen y a criar toros de lidia. Cuando diseñaron el inmueble, el diestro hizo gala de su carácter excéntrico y mandó construir el acceso de entrada con una reproducción de la puerta grande de la plaza de toros de la Maestranza, con un escudo de piedra y su propio sello en la parte superior. Esta es, además, la casa donde han pasado el confinamiento, con sus hijas pequeñas, que tienen 12 y 8 años, y los padres de ella, en un intento desesperado de arreglar las cosas. Nada más lejos de la realidad. Como prueba de ello, la escapada romántica de Ponce, el último fin de semana, con su nueva pareja en Mojácar.

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El matrimonio tiene otra propiedad en Madrid, un chalet de 600 m² en la carísima urbanización de La Finca, en Pozuelo de Alarcón, edificado sobre una parcela de más de 3.500, regalo del padre de ella, el empresario taurino Victoriano Valencia. Más allá de las dos casas, él tiene varias empresas destinadas al alquiler de inmuebles, de las que Cuevas es apoderada; y también es dueño de algunos locales comerciales y naves industriales repartidos por Andalucía, que acogen negocios tan diferentes como una discoteca o un supermercado. Por lo que se refiere a su ex, ella tiene una tienda de productos infantiles en el exclusivo barrio de Salamanca de la capital española, que abrió en el año 2011. Un jugoso pastel que tienen que cortar a trozos antes de rehacer por separado sus vidas.