Esta semana Dolors Bassa alzó la voz clamando por la retirada del tercer grado a los presos de Lledoners. Enfadada, decepcionada y engañada, la consellera encarcelada (ahora en semilibertad) lamentaba en una entrevista en RAC1 que el Gobierno les haya "engañado" con la cuestión de los indultos y ha criticado que tampoco se haya abordado la promesa de la reforma del Código Penal por el delito de sedición como se había prometido: "Es una ignominia. Llevamos mucho tiempo con buenas palabras políticas, pero no hay hechos".
Bassa ha afirmado que tiene la esperanza de que el juez de vigilancia penitenciaria de Wad Ras y Puig de les Basses mantenga el tercer grado para ella y para Carme Forcadell. De momento, las palabras que la han reconfortado y la han hecho emocionar, no han venido por parte de ningún juez, sino de un taxista. Haciéndose eco de los cortes en la Avenida Meridiana de Barcelona que ya hace mucho tiempo que se producen, la consellera paró este sábado "un taxi cualquiera. El conductor educado y simpático. Yo necesitaba atravesar prácticamente todo Barcelona.El precio del viaje era de más de 20€".
Cuál fue su sorpresa cuando al llegar a su destino, el taxista que la llevaba se giró y le dijo: "No hace falta que me pagues con lo que tú has hecho por el país". Me emocionó"!:
Enseguida, son muchos los que han comentado el gesto, incluso, otros taxistas que pregonan orgullosos que no todos los taxistas son de una cuerda política determinada como muchos piensan: