Emilio Martínez Lázaro tiene un problema: quiere hacer humor con los tópicos más rancios de los diferentes territorios de España y deja en evidencia que sobre el cerebro tiene caspa. El éxito inesperado de Ocho apellidos vascos fue la lotería para un director madrileño y anticatalán que a los 79 años ha recibido un último encargo de Amazon, hacer otra película directamente por TV sobre tópicos españoles, y se ha estrenado Un hípster en la España vacia. Transcurre en un pueblo aragonés imaginario, en Teruel donde van de visita unos turistas catalanes para hacer el gag anticatalán de dibujarlos como tacaños, que solo bajan del bus a "robar" agua de la fuente y, de paso, robar literalmente un retablo de Sant Jordi, los del pueblo dicen "San Jorge". Todo una pila de tópicos, el catalán tacaño y ladrón del arte aragonés, que en twitter ha parecido el que es: patético. Vídeo y audio:
Emilio Martínez Lázaro es el director de la porquería de secuela que hizo el ridículo Ocho apellidos catalanes. El cineasta madrileño no puede evitar hablar de Catalunya. En el diario El Mundo le preguntaron ¿Le dejarían rodar 'Ocho apellidos catalanes' con situación actual? El director lo tiene claro: "No, imposible. Cuando la productora me ponía pegas con Ocho apellidos vascos, yo le decía que no pasaba nada porque era una situación acabada. ETA ya no ponía bombas. Y con Cataluña me pasó lo contrario: me adelanté un año y, menos mal, porque ahora ya no podría hacerla. Con aquella vieja loca que interpretaba Rosa María Sardà que declara la independencia les dimos ideas: se debieron pensar al verla que aquello era muy fácil y al año siguiente fue el Parlament el que lo hizo. La gilipollez del procés ha superado a la comedia, aunque alguien como Torra, que es directamente racista, hubiera sido un personaje muy menor. Si lo conviertes en una vieja loca mejora. Pero al final son lo mismo. Es increíble". El filme catalanófobo que se estrenó el 27 de marzo es según Amazon número 1 en España.