El universo de los natalicios ha instaurado dos festividades en la etapa de gestación humana. Una moda que, por lo visto, llegó para quedarse. Pocos son los que se resisten a organizar unas saraos temáticos donde a menudo reina la cursilería. Por ejemplo, el 'babyshower', las fiestas de bienvenida al bebé que está de camino, tan tranquilo en la barriga materna. Su popularidad abrió la puerta a la siguiente tendencia: el 'gender reveal'. Se ha convertido la típica pregunta del médico "¿queréis saber si es niño o niña?", en un evento, gincana, circo de tres pistas y todo aquello que la mente humana pueda imaginar. Hay auténticas obras de arte colgadas en redes, muchas de ellas se hacen virales. Y la que explicamos acto seguido también lo será, aunque no provoque lastimita, como otros ejemplos. Punto a favor, por lo tanto, de Dulceida y Alba Paul.
Las influencers catalanas han vuelto con fuerza como pareja: segunda oportunidad y embarazo, todo el lote. Aida Domènech llevará a la criatura en su vientre durante los próximos meses, recibiendo todas las atenciones de una Alba ilusionadísima. Como son de las personalidades más célebres de Instagram, con un imperio profesional trabajado a fondo desde hace años, no podía faltar su 'gender reveal' by Dulceida&Paul, y tenemos que decir que ha sido sencillo. El mejor elogio, sin duda. Ni globos de colores que explotan, ni confeti, ni cosas raras. Una sencilla palabra sobre un pergamino enorme de color blanco, como el de la vida que está por escribirse.
Rodeadas de amigos, de familia y de sus íntimos, las futuras mamás han visto cómo su sueño se cumplía a la perfección. Acertaban la porra instalada en la puerta de la localización escogida, en la Costa Brava: un cartel donde la gente apuntaba su nombre bajo una de las dos columnas. "Niño" o "niña". Fácil. Y sí, en castellano. Imaginamos que son exigencias lingüísticas del negocio al que se dedican, a pesar de la lástima que pueda provocar a algunos. No se desesperen, eso sí. Siempre hay esperanza, los partidos duran hasta que el árbitro pita el final.
Al llegar el momento de la verdad, la sorpresa: "Nena", en catalán. La pareja se fundía en un abrazo enorme, las caras lo decían todo. Una alegría múltiple: el vaticinio, el deseo y la realidad coincidían. Y el espectador catalán se daba cuenta de que no todo está perdido, que la futura heredera del imperio de las influencers será catalanohablante. No es que lo dudáramos, pero hemos visto de todo. Estamos demasiado acostumbrados a ver la lengua y el país despreciados, arrinconados y estigmatizados. Sobre todo en redes sociales. El gesto de este domingo de primavera es pequeño, pero tierno y se agradece. El mundo sabe que Dulceida y Alba serán madres. Y una familia catalana.