Cada vez son menos los y las famosas sin su propia serie documental. Una de las últimas en incorporarse a esta categoría es catalana y una reina de las redes sociales: Aida Doménech. Conocida internacionalmente como Dulceida, la de Badalona es una estrella del gremio. De hecho, la pionera en el estado español. Tiene 3'2 millones de seguidores y un pequeño imperio entre manos, como una agencia de representación de VIPS que funciona y mucho. Su nómina incluye a gente como Anabel Pantoja o Nagore Robles, entre muchas otras figuras de la televisión, por ejemplo. Dulceida se lo ha trabajado de lo lindo, también su madre Anna Pascual y el equipo que las rodea. No es flor de un día, ni mucho menos. Y recoge los frutos de lo que han ido sembrando durante años.
La serie nos permite adentrarnos en el día a día de Dulceida, y además en un momento emocional complicado para ella. La separación de su mujer, Alba Paul, ha estado muy presente durante la grabación de los capítulos. Aida se rompe se más de una ocasión y el espectador puede comprobar hasta qué punto le ha dolido la separación. La vulnerabilidad es quizás el aspecto más llamativo del formato, porque la vida que se proyecta en las redes, en las campañas de publicidad o en el famoso festival 'Dulceweekend' es la de una mujer vitalista, feliz, con una vida de ensueño. Por eso sorprende verla llorar, ir al psicólogo, vaciarse con sus íntimos con todas esas penas e inseguridades que de repente han aparecido en su existencia. También hay momentos divertidos y muy personales, como el problema de salud que sufrió en sus zonas íntimas y que se hizo muy famoso. Si quieren saber de qué problema estamos hablando, lo encontrarán en la plataforma Prime Video. Allí encontrarán todos los detalles.
La serie también nos permite conocer uno de los miembros menos populares de la saga Doménech Pascual. Precisamente el padre de Aida y su hermano Àlex, Salvador. El hombre quizás es familiar para los fans muy fans, pero el resto no estábamos al día. Y es un señor peculiar, atendiendo a la forma que tiene expresarse. Hace una pequeña aparición en uno de los capítulos, pero no deja indiferente: una comida familiar donde suelta algunas frases alucinantes. Por ejemplo, que consideraba a la actual reina de las redes y todo un icono de estilo de una forma muy vulgar, con un punto peyorativo. Suena duro, pero lo hace desde el cariño. Lo explica así: "Tuvo su época, hablando claro, de choni, porque parecía una choni. Yo no me esperaba que legara dónde ha llegado". Y ha llegado lejos, muy lejos.
La relación de la badalonesa Dulceida con Salvador tiene su qué: se aman mucho, pero "te peleas mucho con el porque es bruto, pero yo siento que si me desmayo está mi padre como agarrándome". Aida, y no nosotros, lo define como "bruto". Una consideración que explica el pasaje anterior, o la frase que había dicho segundos antes: "Aida, desde que nació, te reías mucho, te hacía mucha gracia, pero guapa, guapa, no era". En su opinión, "con 8 años o así empezó a cambiar". Después el momento choni y todo lo que vendría después. Considera, eso sí, que si ha llegado tan lejos ha sido por méritos y trabajo durísimo. Pero "que se dedicara a esto yo no lo hubiera dicho nunca".
Salvador, genio y figura. Habla poco en el documental, pero cada palabra es oro.