Es la ruptura sentimental más inesperada del verano. Dulceida y Alba Paul se han separado después de 7 años de relación y 5 de matrimonio. Temporalmente, aseguraron ambas al explicarlo a sus millones de seguidores en las redes sociales. Veremos que pasa después del verano, si la cosa tiene solución o toman direcciones opuestas. Un verano que, evidentemente, no tiene nada que ver con el de otros años. La carga emocional, la distancia y la nostalgia afectan al día a día. Y los planes que han quedado cancelados, un suplicio. Unos planes que pasaban por vivir una experiencia diferente a Ibiza: la agencia de representación creada por Aida Domènech y su madre Anna Pascual, InManagement, había alquilado una villa de lujo en Ibiza donde sus representados más top vivirían una especie de campamentos de influencers. O lo que es lo mismo: disfrutar de las Pitiüses a todo trapo sin dejar de lado el trabajo. Esta aventura no se ha cancelado, y sirve a Dulceida de cobijo durante la adversidad. ¡Y qué cobijo!
Se supone que Alba también tenía que participar, aunque todavía no se la ha visto por allí. Se podría decir que están lejos, pero no tanto: una en Ibiza, la otra en Menorca, un destino que conoce bien. Paul compartía el apartamento al que ha ido a parar durante unos días, antes de decidir si da el salto entre islas. El alojamiento de Alba está muy bien. Pero es que el de Dulceida es brutal.
Dulceida tiene casi de todo en la espectacular mansión frente a una preciosa cala ibicenca, con piscina, decoración rústica pero muy cuidada y mucha gente yendo de aquí para allá. Es, precisamente, de las pocas cosas que echará de menos: momentos de soledad. Por la casa pasan cada semana un puñado de VIPS de diferentes perfiles y que forman parte de la nómina de la agencia. Esta semana, por ejemplo, ha sido el turno de las televisivas: Anabel Pantoja, Susana Bicho ('La Isla de las Tentaciones'), Magali Dalix ('O.T.') o la actriz Jedet ('Veneno'). También estaba Nagore Robles, presentadora y colaboradora vasca de Mediaset y pareja de Sandra Barneda.
Se lo están pasando de narices, aunque también toca sudar: tablas de ejercicios, excursiones y algunos problemas de la de 'Sálvame' para salir de una zona de rocas. Ya al anochecer, fiesta. Eso es impepinable. Una cena en un establecimiento que se llama Covablanca, agua con misterio, bailes y millones de fotos, vídeos y stories. Un material que sirve para hacer el puzzle de la jornada, y que acaba con Anabel y Nagore "en todo lo alto". El taxi de vuelta parecía un karaoke.
Dulceida ya no estaba cuando la Pantoja daba su particular concierto. Hizo bien en irse a dormir. Necesita tener la cabeza despejada, y determinados volúmenes y griteríos no ayudan.