De tal palo no siempre tal astilla. El hijo pequeño del actor Arnold Schwarzenegger no ha salido con la complexión física de su padre. Arnold fue deportista de élite en culturismo antes que actor y que gobernador de California. Siempre ha hecho papeles basados en su gran complexión física, de Terminator aPredator. En cambio su hijo Cristopher ha tenido una adolescencia muy difícil: pesaba 115 kilos y no eran de músculo. Tenía un grave problema de sobrepeso por la grasa. Las fotos eran aterradoras:
En la segunda foto, con un corte de pelo más arreglado, lo cierto es que se podía intuir que bajo este grave problema de salud había un chico guapo, con rasgos faciales de una belleza evidente. Así que el chico se puso manos a la obra y ahora que tiene 25 años pesa 85 kg, un peso normal para una familia de corpulentos. Ha adelgazado 30 kg a base de mejorar la alimentación y hacer ejercicio físico. La receta que todo el mundo conoce pero no todos aplican. Ni el balón gástrico como Paquirrín ni dietas milagro. Esfuerzo y autoexigencia. Ahora es un hombre muy atractivo:
Tenía problemas de ansiedad por la separación de sus padres a causa de una infidelidad de la estrella de Hollywood con una de las empleadas del hogar de la que nació otro hijo, Joseph. En el 2011, Schwarzenegger reconoció públicamente al adolescente, cosa que desencadenó la ruptura de uno de los matrimonios más estables del cine, Arnold y Maria Shriver Kennedy. El chico ahora tiene una retirada a su famoso padre pero en guapo. Entre las clases de boxeo, las clases de levantamiento de pesas, las clases de estiramientos, las clases de ciclismo ha perdido un poco más de 30 kilos. Su caso recuerda al de otro actor famoso en España, Pepón Nieto. Perdió el mismo peso, de 112 en 80.
De pesar 112 kg a 80, cambio radical de Pepón Nieto. Adelgaza 32 kg a los 56 años
El actor ha pasado de 112 kilos a 80, toda una bajada, aunque él la ve insuficiente y confiesa: "Soy un gordo que no está tan gordo" i explica que no sempre ha estat així: "A mi siempre me llamaban Pepe (...) Era muy delgado, con la cabeza grande, eso sí, pero muy delgado. Parecía un chupachup y de repente tuve un desarrollo muy malo. Empecé a engordar con 13 o 14 años y los que me llamaban Pepe empezaron a llamarme Pepón. Nunca me molestó pero recuerdo que a mi madre sí. Cuando llamaban los amigos a casa preguntando por Pepón les colgaba pero ahora ella misma me llama así”. La tiranía de la imagen, también en el mundo LGTBI, hace que el actor se muestre sensible cuando le atribuyen un supuesto alejamiento de los estándares de belleza. Los estándares los marca cada uno.