El minuto de silencio en homenaje a las víctimas del terrorismo que se vivió en el Congreso de los Diputados ha sido, una vez más, un arma arrojadiza contra las posiciones ideológicas no unionistas. En un clima de alta tensión después de la rabieta españolista por la entrevista de Arnaldo Otegi en RTVE, la barra libre para la descalificación, la difamación y la vuelta a los años de plomo de la violencia de ETA ha invadido el espacio público, cegando a los extremistas y haciendo que algunos medios acaben perdiendo "el oremus". Es lo que le ha pasado a 'El País' con el diputado de Bildu Jon Inarritu, bestia negra de los constitucionalistas, a quien le han otorgado el don de la ubicuidad: ¿Estaba o no estaba dentro del pleno durante el homenaje?

Inarritu Congres EFE

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Inarritu, tan activo con sus reivindicaciones políticas en sedes parlamentarias, como en las redes sociales, ha utilizado su conocida ironía para tirar de la oreja a la cabecera del Grupo Prisa, que aseguraba que el de Bildu, a pesa de que "la formación de Otegi quiso aportar un gesto en el homenaje" con la presencia de su portavoz en el minuto de silencio, curiosamente "no entró en el pleno". Un enredo todavía más confuso cuando, en la fotografía que acompaña al artículo, se puede encontrar a la figura del vasco de pie y participando de la muestra de respeto. Fotografías que recogen las principales agencias informativas españolas, y que recuerdan al "Buscando en Wally". ¿Errata, descoordinación o intoxicación interesada? En Twitter lo ven con claridad: "Manipulando que es gerundio"

Minuto de silencio congrios Gtres

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El diputado vasco ya puede añadir una nueva y extraordinaria habilidad a su currículum. Una con raíces filosóficas, y que podría convertirse incluso en su mote: Jon Inarritu, el gato (de Schrödinger) de Leioa. El único político capaz de estar y no estar, según el País. Eso sí, afortunadamente Inarritu está vivito y coleando, dentro y fuera del Parlamento español. Y que sea por muchos, muchos años.