La imagen de España está hundida y Josep Borrell ya ha encargado a 200 diplomáticos la tarea titánica de mejorar su reputación. La carta de los 41 senadores franceses que denuncian la represión contra los líderes políticos catalanes y las exigencias del presidente de México a Felipe VI para que pida disculpas por la conquista del país, son sólo un par de ejemplos de cómo ven el estado español de puertas afuera.
Ahora, el ministerio de Defensa, con Margarita Robles al frente, se añade a la paranoia de creer que todo el mundo está contra España porque sí y ha decidido premiar un libro que denuncia una especie de complot de Hollywood para hundir al estado español definitivamente. El diario 'El País' lo recoge hoy ampliamente, haciendo un relato del todo surrealista, y la red los ha ridiculizado como nunca.
El artículo-denuncia del diario de PRISA se titula "La leyenda negra española que ha difundido Hollywood", y da voz a las tesis del militar e historiador Esteban Vicente Boisseau, que es el autor de 'La imagen de la presencia de España en América (1492-1898) en el cine británico y estadounidense', el libro premiado por el gobierno de Pedro Sánchez. El autor alerta de que los norteamericanos y los ingleses utilizan el cine para humillar a España, y pone algunos ejemplos que producen sonrojo a cualquiera con dos dedos de frente. Empieza con una película de Disney: “El mensaje transmitido en Piratas del Caribe es que robar, torturar y matar españoles, vender, comprar y abusar de mujeres hispanas y saquear no solo está justificado, sino que es un acontecimiento alegre, una auténtica diversión”. El filme, protagonizado por Johnny Depp, bien podría haber sido dirigido por un indepe, deben pensar. Al escritor le falta muy poco para pedir que también procesen a Jack Sparrow por rebelión. El relato es tan penoso que en la red muchos se mofan:
Pero las denuncias de Esteban Vicente Boisseau recogidas por 'El País' no terminan aquí. Alertan de que los cineastas anglófonos son terribles porque han mostrado demasiadas veces las ejecuciones de la Inquisición española en varias películas, en contraposición a las que hacía Enrique VIII en el Reino Unido; deploran que el conquistador Francisco Pizarro sea tratado de traidor y no de héroe (“su gesta conquistando con menos de 170 hombres el Imperio inca es desvirtuada”, dicen); y se echan las manos a la cabeza porque en 'Bailando con lobos', Kevin Costner no deja claro que España dejó una huella importantísima en California, Florida, Nuevo México y Texas durante los años de la colonización de América.
Y acaban con una proclama que Inés Arrimadas no dudaría en tildar de supremacista si la hiciera un catalán: “Los filmes no hacen justicia al papel de los españoles, que pusieron fin al canibalismo”, de los nativos americanos. Les ha faltado exigir un agradecimiento por haberlos "civilizado". Todo, una maniobra de "tergiversación" que sólo busca, según ellos, acabar con la hegemonía de España en el continente. Como si todavía pintaran algo al otro lado del Atlántico.