Hace tres semanas TV3 estrenó un nuevo podcast conducido por los cómicos Charlie Pee y Carles Sànchez. Jugada mestra, un espacio donde los dos presentadores, con la connivencia y el buen feeling con colaboradores e invitados, hablan con humor y sanísima irreverencia sobre diferentes aspectos cotidianos. Nada más empezar, por ejemplo, se inventaron una sección originalmente escatológica, con Berto Romero de conejillo de indias: averiguar si unos sonidos que le iban poniendo correspondían a unas palomitas haciéndose o a unas deposiciones de gente yendo al baño.
Para el tercer capítulo, las invitadas han sido dos personas que Pee conoce muy bien, sus compañeras en el programa de Catalunya Ràdio, L'apocalipsi, las dos Elisendas, la Carod y la Pineda. Las dos se sentaron en el sofá y se sometieron a la coña de los presentadores. Pero la pelirroja regaló un momento impagable recordando el 11 de septiembre más inolvidable de su vida... Y a pesar de tener una resaca como un piano el 11-S en cuestión, todavía recuerda qué le pasó.
"¿Cuál es la anécdota más humillante de las exparejas, que recuerdas?", empieza preguntando Sànchez. Y Pineda revela, hablando de Carod, que salió un tiempo con un hombre "que todo el día comía ajo. Tú no has ido con aquel señor al Canet Rock, ¿eh? Yo sí he ido". Recoge el guante la propia afectada: "Con aquel señor del ajo lo dejé tres veces. El hijo de puta no hacía el 'acuse de recibo', reaparecía al día siguiente, no lo pillaba". Quizás Carod hubiera hecho bien en no dejarlo estar con el hombre que siempre come ajos, que parece un título de una canción de 'Els amics de les arts'. Así se hubiera ahorrado tener que sufrir una Resaca indepe, que parece un título de 'Els Pets'. Porque hay quien dice que el ajo va bien contra los excesos etílicos.
Y es que acto seguido pasan a recordar qué le pasó durante una Diada. "La víspera, el 10 por la noche, fuiste con un señor a tener relaciones sexuales", apunta Pineda. Carod niega la mayor. Lo que no niega es que "me tajé muy fuerte y como soy un poquito hipocondríaca, a las siete de la mañana llamé a la Pineda y le dije: ¡Creo que me estoy muriendo. ¿Puedes venir a casa'?". Su amiga fue. Le llevó tostaditas de pan y lechuga. Después de ingerirlo, Carod vomitó. A pesar del cuadro, se prometió a ella misma, mano en el corazón: "Yo soy más catalana que nadie y me lleváis a la manifestación del 11 de septiembre".
Las dos salen de casa. Bajan por el ascensor, y de repente, tufo rancio mezclado con un desagradable hedor. Ella se huele: "Qué peste, qué mal olor...". De dónde provenía?: "Miro dentro del bolso y la noche anterior... había vomitado dentro del bolso". Carod subió a casa a cambiarlo, no fuera que la Diagonal, la Gran Vía o donde fuera aquel 11 de septiembre, quedara vacía a su paso. La presentadora llegó a la manifestación. Sin vómitos encima. Pero con un estado catatónico: "Sólo conseguía articular una palabra: ¡'Sombra! ¡Sombra'!". Pineda añade: ¡"Ponedme a la sombra! ¡Ponedme a la sombra"!, se ve que balbuceaba. Tal como recordaron en el programa, igualita que la peli que los que ya tienen una edad, recordarán, Este muerto está muy vivo. Nos imaginamos a Elisenda Carod tal que así:
En el caso de Carod, y como diría Peret, no estaba muerta, que estaba de resaca.