Nos encanta Elisenda Carod. Su naturalidad y talento delante de cámaras y de un micrófono quedan fuera de cualquier duda. Sus intervenciones en el Està passant de Toni Soler o conduciendo La tarda de Catalunya Ràdio al lado de Óscar Fernàndez lo demuestran cada día. La periodista catalana está viviendo por un dulce momento profesional y personal, y los espectadores y oyentes de la televisión y la radio públicas catalanas están encantados con el rigor, la naturalidad, el sentido del humor y el ingenio de la locutora y presentadora más peliroja de los medios de nuestro país. Y ahora acaba de volver a demostrar que uno de sus puntos fuertes es la espontaneidad y la sinceridad y todavía mejor, una cosa sanísima que no todo el mundo se aplica a sí mismo en su día a día: reírse de ella misma y cachondearse sin vergüenza de cosas que le pasan o le han pasado. Una virtud que demuestra que no hay nada más sano que confesar pecados del pasado o pilladas antológicas y hacer pasar un buen rato a tus seguidores.
Elisenda es un valor seguro para el resto de compañeros de emisora que saben que si la invitan a desembuchar, no defraudará. Por eso la han invitado a confesarse al programa de la misma emisora AdolescentsXL, que se emite de lunes al viernes a las once de la noche en Catalunya Ràdio. Una de las minisecciones más celebradas del programa que conducen Roger Carandell, Juliana Canet y Marta Montaner son las Historias de lavabo. Según ellos mismos pregonan, "¿Qué es lo más surrealista que has vivido en un lavabo? El lavabo es un espacio en que se viven muchas historias que no siempre se explican. Ahora es el momento de hacerlo. Oímos las situaciones más extrañas que se han encontrado nuestros oyentes dentro de un lavabo"... Nuestros oyentes y los compañeros como Elisenda Carod.
Aunque en esta foto Elisenda mira el logo de Catalunya Ràdio, lo que le pasó en un lavabo pasó en un trabajo antiguo. Desgraciadamente, no especifica dónde ni con quien, pero su relato es francamente jugoso, y más, cuando empieza diciendo que "no lo he explicado nunca a nadie, pero creo que ya puedo porque ha prescrito. Intentaré ser sutil: fue en un lugar de trabajo con lavabos segregados, hombres y mujeres. Yo tenía una especie de affaire con un compañero de trabajo. Hace muchos y muchos años, no rasquéis en la hemeroteca". En la hemeroteca no, pero quién sabe si todavía hay perdida en algún cajón de algún medio una cinta que demostraría con quién fue a alicatar el baño. El caso es que Elisenda confiesa que "en una noche de fogosidad hicimos un encuentro en uno de aquellos lavabos. En el de chicas, concretamente. Un poquito de petting y estas cosas".
Cuando apaciguaron su fogosidad, al salir del baño, "vemos que hay unas cámaras enfocando hacia los lavabos"... Oh, oh... Pánico. "¡Mierda! Como estén estas cámaras controlando entradas y salidas, primero, sabrán que hemos estado haciendo alguna cosa extraña y segundo, descubrirán el pastel del amantismo que hay entre nosotros. La odisea fue tener que seducir al encargado de técnica/cámaras/seguridad para que borrara las cintas...".
Lo que no queda resuelto es si lo consiguieron o no. Da igual. Claro que sí, que Elisenda y su colega hicieran lo que les saliera del moño. De hecho, estamos muy a favor de los encuentros furtivos en los lavabos y animamos desde En Blau a que sea una práctica habitual entre compañeros de trabajo en las emisoras, cadenas o medios escritos... A según que presentador/a y locutor/a le iría muy bien para no tener tanta mala leche. Eso sí, después, que lo expliquen. Como ha hecho Elisenda.