El Tribunal Supremo ha revocado el tercer grado y los beneficios penitenciarios de los presos políticos independentistas. Carme Forcadell y Dolors Bassa han tenido que volver a la cárcel para pasar el fin de semana. España sigue empeñada en la revancha y el escarnio, mientras que trata como hermanitas de la caridad a militares golpistas y que amenazan con matar a la mitad del estado. Nada nuevo, cierto, aunque habernos acostumbrado a los latigazos no quiere decir que no levantemos la voz, hartos de un atropello interminable.
La indignación es la tónica general entre los millones de catalanes (y de otros territorios del estado) que observan estremecidos las diferentes formas de violencia utilizadas por los aparatos de Madrid. También en el mundo de la comunicación, donde algunas de las principales figuras se han manifestado. Por ejemplo, el director y presentador de 'Crims', Carles Porta, expresando una rabia muy crítica. Ahora también sabemos cómo se oye un líder del entretenimiento: Eloi Vila. El conductor (nunca mejor dicho) de Al Cotxe!, declarado independentista e involucrado en la defensa de los presos se ha levantado desolado y frío, como la temperatura invernal. No tiene inconveniente en calificar lo que ha decidido el Supremo: "injusticia y venganza". No se puede ser más contundente con menos palabras.
Nos podrán encerrar, se podrán vengar, nos podrán oprimir, sí. Pero de hacer callar las voces que claman por la libertad, ni en sueños.