Posiblemente, las conversaciones más intranscendentes de vuestra vida las habréis pasado dentro de un ascensor. También allí habréis vivido los silencios más incómodos. Y seguro seguro que mucho de vosotros habréis pulsado el botoncito aquel de que se cierren rápidamente las puertas cuando habéis oído que entraba al edificio algún vecino con quien no teníais ganas de coincidir. ¡Ah, los ascensores! Aquellos receptáculos que no solo sirven para ir arriba y abajo sino también para hablar del tiempo, como si nos encontráramos en una convención sobre meteorología. Ahora, sin embargo, vuelven a estar en boca de todo el mundo, ya que muchos de los ascensores tendrán que pasar por el taller. Y es que tres de cada cuatro ascensores de Catalunya se tendrán que reformar. Nueva normativa, 'Instrucción Técnica Complementaria ITC AEM 1 de Ascensores', que obligará a actualizar muchos de los ascensores existentes y a realizar revisiones, y si un aparato no tiene la revisión en regla, tendrá que ser paralizado y quedará fuera de servicio.
"Excepto los instalados desde hace unos 10 años, todos los otros están afectados en mayor o menor medida. También hay cosas que revisar desde la anterior normativa del 2013 hasta ahora. Algunos de los que se han puesto desde entonces pueden necesitar pequeñas adecuaciones, aunque los de los últimos años ya cumplen. Y de los antiguos, hará falta que no necesiten reforma, porque han ido mejorando las condiciones. Muchos han cambiado toda la parte electrónica y mecánica", son palabras de Pere Piñero, presidente del Gremio Empresarial de Ascensores de Catalunya.
Ahora que vuelven a estar de actualidad, en el Planta baixa de TV3 han querido saber qué historias peculiares han vivido los espectadores más allá de preguntar qué tiempo hará. En la mesa de invitados, Sílvia Tarragona ha explicado que una vez se quedaron cerradas ella y una tía suya, de 84 años, "también era una señora que se hacía ver, viene de familia", dice la periodista. Y recuerda como si fuera ayer el comentario desafortunado que le dijo una de las personas que las fueron a rescatar: ¡"Escuche! ¿¿No ve que aquí pone un máximo de peso??". Hay que tener poca vergüenza y poca vista. Coge el turno de palabra la maravillosa Elsa Anka, que como es habitual en ella, ha regalado sus experiencias y su simpatía al personal.
La modelo y presentadora ya avisa de que quiere "explicar una historia pseudo-erótica. Acabó fenomenal, un poco de tensión, de llegar a las tantas de la noche con una persona con la que habíamos salido -que después se convirtió no en amante, pero sí en amigo-". Elsa y su acompañante estaban fuera, en un hotel de Sevilla: ¡"Fue muy emocionante aquel momento que yo estaba en una planta y él en otra, se abrieron las puertas y fue como Bufff!'". Un bufff muy explícito: "¿En tu planta o en la mía?... Y nada, tú a tu planta y yo a la mía"... Pobre ascensor. El escritor Pablo Tuset escribía que Lo mejor que le puede pasar a un cruasán es que lo unten con mantequilla. Pues Lo mejor que le puede pasar a un ascensor es que dentro haya arrebatos espontáneos y fogosos.