Joaquín Domínguez es un tipo de 32 años que ha visto cómo se le aparecía la Virgen. Viciado como una mala cosa a los videojuegos, consiguió hacer de su afición una forma lucrativa de ganarse la vida, a cambio de un esfuerzo intelectual más bien pobre. Pobre tirando a mendigo, de hecho. Todo gracias al mundo de los youtubers, streamers y similares. Pertenece a la élite de este colectivo en el ámbito español, enhorabuena. Un sugus para el caballero. Lo que diferencia a 'El Xokas' de otros colegas como Ibai Llanos es que pasa demasiado tiempo encerrado en su habitación. Y la falta de oxígeno fresco pasa factura. Demasiado CO₂. Que alguien le abra las ventanas, por favor.

Este gesto tan sencillo es algo que nadie hace en su casa, tampoco sus familiares. Sí, vive con su madre. Y su padre. Y la yaya. Los trata así: "Mis putos padres, que son retrasados, siempre me hacen lo puto mismo y es que me suda la polla. Todos los putos días les tengo que decir lo puto mismo: por favor, cuando le paséis el teléfono a mi puta abuela, separaos si vais en tener una puta conversación. Dadle el puto teléfono e iros a tomar por culo porque mi vida es muy ocupada". Un ángel. Normal, por otra parte, que pasen de él como de comer piedras. Este es uno de los hits de la incontinencia verbal del personaje, también famoso por comentarios machistas, indocumentados y lamentables.

El Xokas ha cogido impulso esta semana con la catalanofobia. Él, gallego de nacimiento, no tiene demasiado respeto por las lenguas cooficiales de su país. Es monolingüe y, por lo que demuestra, "mono" en unas cuantas cosas más. Parece que ha fichado por la Kings League de Gerard Piqué, con una función que desconocemos y nos interesa un rábano. Lo que sí que es preocupante, sin embargo, es lo que destila su discurso. Odio. Desprecio. Complejos y limitaciones. Quizás haría bien Gerard y compañía de repensarse su incorporación, después de lo que afirmó sobre el discurso de Gerard Romero en la recogida del Premio Ondas. Una intervención en catalán y que Domínguez, desde la penumbra de su habitáculo de post-adolescente, calificó así: "“A ver joder pero habla en castellano joder que no te entendemos, cabrón. Cómo me jode que en un evento todo el mundo habla en castellano, yo te quiero entender, no sé catalán ¿por qué no lo dices en castellano? Que no me entero de lo que estás diciendo, coño. Que a mí me encanta que habléis en catalán pero hablad catalán con catalanes. Que no me entero de lo que estás diciendo, cabrón. Y quiero prestarte atención y entender lo que estás diciendo. O sea tío, me estás jodiendo, cabrón”. Ha visto demasiadas películas de narcos, no puede pasar dos segundos sin decir cabrón o puto. Iluminado.

Pues bien, Joaquín montó un buen pitote y, evidentemente, no recula. Qué va. Dobla la apuesta con la siguiente contrarréplica: ahora los catalanohablantes que se han sentido ofendidos son enfermos, según el doctor Liendre. Escupe, vomita, excreta: "Catalunya es la mayoría muy friendly con el castellano, y no son ni independentistas, ni separatistas, ni desequilibrados mentales que consideran todo catalanofobia". El tipo se está ganando a pulso que lo pongan a parir, cosa que le provoca un dilema. Le gusta, pero también le molesta. Así es él. El Xokas. Prohombre del siglo XXI. Que venga el meteorito.

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