Emma García es muy vasca pero parece gallega por su habilidad de no mojarse, de pasar desapercibida políticamente. Está como el vecino que encuentras en el rellano de la escalera sin saber si sube o baja. Probablemente porque no lo sabe ni ella. Es de derechas o de izquierdas, es nacionalista vasca o es españolista, es de la Real o del Athletic... No se sabe. Como Telecinco la fichó hace 22 años de la TV pública vasca ETB parecería que es nacionalista, pero o no lo es o lo esconde. No hace nunca declaraciones en ningún sentido y sus programas son siempre apolíticos, todos de chismorreos o sórdidos. A tu lado fue el germen de Sálvame pero sin chispa y después hacía aquellos programas que planteaban dilemas como ¿Te has dado placer con un vegetal? Se llamaba El juego de tu vida pero la pregunta imposible de responder sería Quién es Emma García.
Emma García ahora trabaja a las órdenes de Ana Rosa Quintana poniendo la cara a Fiesta, el programa de su productora los fines de semana. García nunca ha estado interesada ni en producir ni en dirigir sus programas. La paga Telecinco como un fichaje de cadena de larga duración y la ponen allí donde quieren. Era la niña consentida de Paolo Vasile que la protegía siempre y la alejaba de programas de tertulia política. La protegía y se protegía él, sabiendo que Emma García pasa por los programas sin dejar huella, ni se sabe qué piensa. Mejor los fines de semana que todo el mundo tiene el cerebro en descanso. Emma concede una entrevista para acabar el año a Lecturas y todo el resumen es hablar de su hija Uxue y su marido Aitor. La novedad es que la chica ya es una mujer, este verano cumplió 18 años y las fotos muestran a una adulta más guapa y elegante que la madre:
La chica siempre va elegante, con vestidos largos, floridos y de tirantes. En la entrevista Emma revela "Aitor ha sido fundamental. Nunca ha visto a la presentadora sino a la persona. Cuando nos conocimos y cada uno iba por un lado, nos veíamos cuando podíamos. Estando con él me fui a Bosnia, a la guerra, dos veces. Me decía: “Si es lo que quieres, vete”. Si me llega a haber dicho que no, hubiese pensado que no somos compatibles. Yo también le he apoyado en todo. No tenemos que ser egoístas. Ni Aitor ni yo somos celosos. Hay una comunicación y sinceridad total. Mi marido y yo no nos pusimos de acuerdo con un segundo hijo".
A los 51 años, Emma parece arrepentirse de no haber tenido un segundo hijo y responsabiliza el desacuerdo con Aijor, el ingeniero no celoso de que la dejó huir a Bosnia. Y a El juego de tu vida.