¿Saben aquello de uno que llega a un ascensor repleto, se tira un pedo y acaba abroncando al resto de compañeros de viaje por el hedor inhumano que desprende? Pues algo similar es lo que está pasando con una chica andaluza de 25 años que trabaja como enfermera interina en el hospital de la Vall d'Hebron de Barcelona. Su nombre es Begoña, a la que llamaremos Bego a partir de ahora, para abreviar. Bego tiene filias y fobias manifiestas. Le encanta utilizar el Tik Tok; no le gusta nada vivir y convivir en un estado plurinacional con diferentes lenguas oficiales. Vaya, que España no le gusta. O la España que, supuestamente, dictan las normas establecidas desde hace décadas. Ella es más de una y no cincuentayuna, porque cuando la sacas del idioma castellano pierde la cabeza. Como hizo en un vídeo que es el más famoso del año en la categoría de catalanofobia, un incunable de nuestros días.
Bego de catalán no entiende ni papa porque ni tiene interés, ni respeto, ni ganas. Una ignorancia que no es inocente ni responde a carencias intelectuales ni a posibilidades. La suya es de tipo militante y sin vergüenza. Bien, un poco de vergüenza sí que siente. Porque ahora se está haciendo la víctima con los colegas, tiene miedo de salir a la calle y que la apaleen, dice. Se está gestionando una baja por estrés y todo. Por eso lo que decíamos de las ventosidades y la furia por la peste. Ella insulta, desprecia y arrastra el pilar de la cultura y la tierra que la acoge y le paga el sueldo, pero los malos son todos los que se han quedado de piedra con sus ataques. Recordamos sus palabras en el centro de trabajo y en horario laboral sobre cursos de catalán para poder opositar a una plaza en el sistema de Salud: "¿Esto qué mierda era? ¿Y es para sacarnos qué? El puto C1 de catalán. Se va a sacar el C1 de catalán mi madre. Porque yo no me voy a sacar el C1 de catalán. ¡¡Quieres parar de hablar catalán!!". Y así todo.
La enfermera andaluza insulta el catalán y ahora se hace la víctima, dice que en Catalunya "hay gente muy loca, tengo miedo"
A a la protagonista la están investigando desde el centro médico y las autoridades competentes, pero ya es la nueva heroína del españolismo monolingüe. Isabel San Sebastián ya la ha canonizado, Joaquín Prat se solidariza con ella, todo súper normal en la españita acomplejada pero ofensiva. Mira que no le pongan una estatua o algo, todo llegará. Bego, que ya hizo de las suyas en Galicia y que parece que no obtuvo la plaza en Andalucía porque olvidó presentar el DNI en el examen, ahora aprende rápido y se solloza diciendo que "aquí hay gente muy loca". Se nota que no tiene ni idea del país al que ha ido a parar: aquí no se agrede nadie por no hablar catalán. En cambio, los catalanohablantes tienen que soportar que se meen sobre sus raíces y costumbres con alegría y resignación. Y no solo ponemos la otra mejilla, también ofrecemos ayuda y facilidades para integrarse. De momento, Bego ya sabe que puede contar con el privilegio del ofrecimiento de uno de los actores y directores de teatro catalán más reconocidos, dispuestísimo a hacer de Voluntario por la Lengua con ella. La mejor pareja lingüística, Joan Lluís Bozzo.
Joan Lluís Bozzo, institución de la cultura catalana, le ofrece una lección magistral que no olvidará
Bozzo, que no se corta un pelo, lo tiene todo pensado. La primera lección se la ha enviado por Twitter. El título de la clase magistral es: "21 insultos más catalanes que el pantumaca". Le paga con la misma moneda, pero con un valor lingüístico y de tradición oral y escrita impagable. "Tall d'oca, pallussa, favassa, cap de trons, tros de quòniam, sapastre, tòtila, babaua, carallota, mocosa, malparida, botiflera, galifardeua, bordegassa, beneita, sòmines, enze, tanoca, gamarussa, talosa, pollosa, cul d'olla". De momento todas estas expresiones son un jeroglífico para la pobre Bego, pero que no se desanime: "Cuando te saques el C1 ya me entenderás". Tendrá tiempo para memorizarlas y practicar la pronunciación. Confiamos en ella.
Quizás que Bozzo se ha dejado una palabra más que viene muy al caso. El de bocamolla. Ya van 22. Bego, picha, tú puedes.