La vida de las celebridades a menudo se encuentra bajo el escrutinio público, y la familia Iglesias no es la excepción. Julio Iglesias, uno de los cantantes más icónicos de la música en español, ha tenido una carrera llena de éxitos, pero su vida personal ha estado marcada por altibajos, especialmente en cuanto a sus relaciones familiares. Uno de los temas más comentados a lo largo de estos años es la tensión entre Julio y su hijo Enrique Iglesias, un artista que ha logrado forjar su propio camino en la industria musical.
Julio Iglesias e Isabel Preysler tuvieron tres hijos: Chábeli, Julio José y Enrique. Los tres vivieron gran parte de su infancia y juventud con su abuela y con ‘la seño’, que fue para ellos como su segunda madre. Su nombre era Elvira Olivares y estaba muy comprometida con la crianza de los tres hijos del artista, sobre todo tenía muy buena relación con el menor. Eran muy unidos y por ello el entonces pequeño le confió su mayor sueño: quería ser cantante. Así pues, la tutora le prestó 500 dólares y fue así como grabó el tema 'Si tú te vas'.
El gran secreto finalmente salió a la luz y el conflicto entre padre e hijo fue terrible. El mayor llamó al benjamín de la familia y le reclamó, no le mostró ningún apoyo por querer seguir sus pasos. “Me peleé con él, hice las maletas y me fui de casa”, contaba Enrique años después. Insospechadamente, la relación padre e hijo se acabó de por vida. Te contamos más en las siguientes líneas.
Julio Iglesias sintió que su prestigio se terminaría con la creciente fama de Enrique Iglesias
Enrique alcanzó un estatus de estrella internacional, pero también ha tenido que lidiar con la sombra de su famoso padre desde el inicio de su carrera. Aunque ambos comparten el mismo talento musical, las comparaciones son inevitables y, en ocasiones, pueden generar celos y rivalidades. “Yo quiero ser mejor que mi padre (...) siempre he querido vender más discos que mi padre”, reconocía el intérprete de Bailando en una entrevista.
Una competitividad que se alimentó durante años, al punto de que estuvieron 10 años sin dirigirse la palabra y coincidiendo en escasas oportunidades. Siendo uno de los momentos más tensos cuando ambos estuvieron nominados al Mejor Cantante Latino y ganó Julio. “Sobre todo quiero decirle a mi hijo que, mientras siga subiendo a los escenarios, seguiré compitiendo con él”, decía entonces.
Los celos en las relaciones familiares no son algo nuevo, y en el caso de los Iglesias, parecen haber encontrado un terreno fértil. El hijo de Isabel no consiguió el apoyo que esperaba en su carrera. Por otro lado, el abogado y empresario manifestaba su preocupación por la dirección que tomaba la carrera de su hijo, que alcanzaba el éxito a pasos agigantados. Situaciones que llevaron a malentendidos y a una falta de comunicación entre ambos.
Este tipo de situaciones son comunes en muchas familias, pero cuando se trata de figuras públicas, la presión externa puede intensificar los conflictos. Julio Iglesias tiene varios hijos, y cada uno de ellos ha tenido que encontrar su propio lugar en el mundo. En este contexto, es fácil ver cómo la envidia puede surgir y cómo las reacciones se vuelven radicales, como sucedió con Enrique Iglesias y su decisión de mantenerse apartado.