Enrique Ponce, el torero de cabecera del Rey Juan Carlos, vuelve al ruedo después de 5 meses de baja por lesión. Primera mala noticia. Aunque las desgracias siempre llegan en pareja: En este caso, porque el tauricida ha tenido mucho tiempo libre para reflexionar, un periodo que sólo lo ha servido para vomitar mantras ridículos: "Yo amo al toro, lo respeto y admiro, pero lo tengo que matar para que exista". Los tópicos de 'cuñao', la característica principal de los "iluminados" del capote, que tienen al diario 'ABC' como panfleto propagandístico.
Ponce se declara animalista porque "me encantan los animales". Le encantan, sí, sobre todo los torturados y asesinatos. Todo un 'maestro' de la retórica de 'sol y sombra'. No hay que decir que la burrada le ha hecho ganar puntos para competir por el "Premio Nobel" con Fran Rivera. El trono de bocazas cotiza muy caro entre la parroquia taurina.
"Oxímoron" https://t.co/YpmZCzP5IC
— ArtUs (@ArtUsSL) 4 de agosto de 2019
Me encanta cuando estos matarifes se intenta poner filosóficos. pic.twitter.com/P0OrX1mtfY
— Hank Solo (@Hank_Solo) 4 de agosto de 2019
Para los amantes taurinos ahí va nuestra respuesta pic.twitter.com/RKdrCOXMlW
— REPUBLICANA (@JuanyGar63) 4 de agosto de 2019
El toro de Schrödinger's. Que lo matas y en la vez existe. pic.twitter.com/eK20rpmCZV
— ɠєєкฬ๏๓คภ (@lilith_caronte) 4 de agosto de 2019
A ver qué dice Ponce si decimos que los toros aman a los toreros y tiene que matarlos de cuando en cuando para que existan.
— sergio prieto maeso (@dedipendousen) 4 de agosto de 2019
Me suena, por desgracia al mismo discursito de la maté porque la amaba.
— Kikelucu (@kikelucu) 4 de agosto de 2019
Enrique Ponce reaparecerá en la plaza del Puerto de Santa María (Cádiz) ahora que se ha recuperado de su "rodilla catastrófica". Ahora bien, su cerebro parece que no tiene remedio. Eso sí que es una catástrofe.