Enrique del Pozo vuelve a la televisión y a las vidas de los espectadores de Telecinco. Después de una salida triste y problemática del 'Viva la Vida', Emma García lo ha vuelto a recuperar para 'Fiesta'. El Enrique que ha vuelto, sin embargo, es diferente al que se marchó. Sobre todo porque ya no tiene pareja: el pasado mes de mayo se conocía que había cortado con el culturista catalán Rubén Sánchez. Los problemas entre ellos se convirtieron en insoportables, y precisamente la televisión ha sido origen y causa última de la ruptura de la relación sentimental: Rubén entró en 'Supervivientes', y la que se montó fue gorda.
La conducta de Sánchez en el reality fue polémica. En algunos momentos se le fue la olla, como cuándo se encaró al equipo técnico del espacio. Sus enfrentamientos con gente como Kiko Matamoros tampoco fueron algo menor, aunque ciertamente tuvo choques con muchos de sus compañeros de edición. La tele le quedó grande, y acabó siendo expulsado. Mientras tanto, en España, Enrique era el encargado de defenderlo en los platós. Un trabajo duro, porque las críticas también lo eran. Aquello empezó a erosionar una historia que, supuestamente, tenía planes de boda y proyecto de futuro. Ya no queda nada de eso. De amor, queremos decir. "No hay posibilidades de reconciliación". Pero el contacto continúa, a pesar de que a una distancia prudencial.
Del Pozo ha hablado en exclusiva para 'Egos' de La Razón, y ha desembuchado por primera vez sobre aquella debacle sentimental. El ex de 'Enrique y Ana' le pone nombre y apellido en las cosas. Paradójicamente, no acaba de hacer lo mismo con los autores de las conductas que relata. Ahora bien, todo el mundo puede acabar intuyendo a quién se refiere. Atención, en todo caso, a lo que explica: "Nuestra separación se produjo por la campaña de bullying que hubo contra Rubén y contra mí, fueron a por los dos desde una productora determinada, desde su presentador a sus directores, o las hienas que querían destruirnos. ¿Y quién aguanta tanta humillación y tensión? Insultos, difamaciones continuas, ataques desmesurados... No era fácil mantener una relación tranquila y serena. Y me causa asco y desprecio que nadie nos defendiera".
"He tenido que ir a un psicólogo durante meses. Rubén está muy jodido... Y más que a una pareja, le han destrozado a él. A un pobre chaval que no se metía cono nadie". Enrique revela coacciones y violencia: "No he conocido otra igual en todos los años que llevo en televisión. A Rubén le amenazó un colaborador muy conocido con que iba a partirle la cara. Fue horroroso y vergonzoso. A mí también me amenazaron desde cierto programa si no acudía al plató para defendernos. Me dijeron que si no aparecía estaba muerto en televisión. Afortunadamente, han desaparecido de Mediaset esos nazis y yo he regresado a Telecinco. La vida pone a cada uno en su sitio". Siempre ha sido muy dramático, Enrique. Y buen muchacho de quien le paga. Rema a favor... hasta que no le toquen lo que no suena. Que ocurre con frecuencia, por otra parte.