Espartac Peran es un tipo que vale mucho la pena. De muy buena pasta, empático, socarrón, buena gente, es una de las personas más queridas de TV3, donde durante los años ha ido haciendo muy buenos amigos, como su inseparable Xavi Coral. El director del Atrapa'm si pots, cuando era presentador del Divendres y recorría Catalunya explicando historias sensacionales sobre los diferentes pueblos y ciudades que visitaba, tuvo, sin embargo, un mal trago, más que eso, una situación muy desagradable, cuándo una seguidora suya empezó a asediarlo, a seguirlo a todas partes, también a casa, o a intimidar a su pareja. A raíz de la serie Mi reno de peluche de Netflix, él explicó un caso parecido en RAC1: "Empezó como una historia de admiración profesional y se convirtió en una obsesión. El fin de semana me esperaba en el portal de casa, me la encontraba en la Fiesta Mayor de Mataró o cuando salía de noche con mis amigos. Me la encontraba entre medio de las miradas de la gente, entre la multitud, estaba allí, y eso provocó lo que se acerca más al pánico. Despreciaba a mi pareja, la rechazaba e intentaba apartarla para poder hablar conmigo".

Ahora, Espartac, ha explicado otra situación comprometida con otra mujer, aunque el tono y el contenido no eran, afortunadamente, tan serios y graves como el antes mencionado. En este caso, lo que ha explicado ha provocado un simpático alboroto a los compañeros de mesa y a los que le estaban viendo en un podcast, La ronda perversa, de David Balaguer y Josep Moragas, que vale mucho la pena. Un podcast donde ha coincidido con la actriz Marta Bayarri y con la presentadora Ana Boadas, bajo una premisa: la palabra 'Borrar'. Han hablado de qué mensajes les gustaría haber borrado del móvil, o qué situaciones querrían borrar de la memoria. Boadas, por ejemplo, ha confesado que alguien muy conocido con quien se lió, a quien quiso mucho, y que tenía pareja, le dijo una frase que no se le ha borrado nunca de la cabeza: "'No sabes la de veces que he querido hacer las maletas y marcharme de casa para venir contigo..., pero NUNCA me he atrevido a dar este último paso'... Se me quedó clavada".

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Espartac Peran y Ana Boadas / 'La ronda perversa'

Turno para Espartac de revelar qué frase borraría de su memoria. Empieza diciendo una que le dijeron a él, "que me hizo mucho daño". Peran confiesa que "yo, toda la vida, en relaciones humanas he sido muy justito, muy lento. Recuerdo un amor que tuve que duró cinco años". ¿De quién se enamoró hasta las trancas? De una amiga!... Nunca le dije que me gustaba mucho, para no molestarme. Éramos muy amigos, pasábamos muchas horas juntos, estaba enamorado, por la noche dibujaba lunas y estrellitas en casa... Hasta un día que decidí que eso no podía ser y que si amas, lo tienes que decir, tuve un impulso". Espartac, sin embargo, no quería ir con las manos vacías en el momento de confesar su amor. Y le compró un disco, no uno cualquiera: "El primer disco de Sau". Se lo llevó. Y se lo dijo: "Te quiero"... ¿Cuál fue la respuesta de la chica?: "Una respuesta que me gustaría fulminar, porque a partir de aquel día me morí de intentos de declararme los siguientes veinte años", una frase que si te la dicen duele más que una bofetada con la mano abierta. La chica le dijo: "Te prefiero como amigo"... Pam. En toda la cara de Espartac.

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Espartac Peran y Ana Boadas / 'La ronda perversa'

Pobre. Le compadecemos. Pero todavía hay otra frase que querría borrar de su memoria, esta vez, dicha por él a una chica y no al revés. Un tiempo después de aquellas calabazas de su amiga, "otra chica sí que se enamoró de mí". Una chica de Mataró, de donde es él. "Me llevó a su casa. Yo, en aquella época, no sabía 'tocar nada'". Y por 'tocar nada" no se refiere a ninguna canción con la guitarra, evidentemente. ¿Y qué le hizo allí la chica, en su casa?... Ir al grano, sin indirectas: "Me cogió las manos y me las puso en sus pechos. Pero yo me quedé allí, con aquella forma", esta que él reproduce gráficamente:

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Espartac Peran y Ana Boadas / 'La ronda perversa'

Tenemos pues, a Espartac, en esta posición, y, como dice David Balaguer, "rígido como una mala cosa". Y mientras estaba allí, "yo siempre he pensado que hay gente que me dice cosas", como una especie de ángel de la guarda que le habla en los momentos decisivos. Y aquella vez también sintió voces interiores que le decían que no, que "esta no es la persona... Y a ella le dije, después de sacar las manos de sus pechos: 'Prefiero estar con mis amigos'... ¿Esto es real, eh? Con los años os tengo que decir que suerte que no acabé con esta persona". Nos alegramos por él. Es muy poético que después de que la amiga le dijera que lo prefería como amigo, él utilizara a sus amigos para irse por piernas de aquel piso de aquellaotra chica de Mataró. Puedes verlo a partir del minuto 23'30":

Espartac Peran, sensacional una vez más.