Es curioso lo que pasa en muchos medios estatales con el fútbol femenino. Para ellos, este deporte y sus competiciones solo existen desde hace poco tiempo, desde el momento en que el Real Madrid compró la plaza del Tacón para poder jugar en la máxima competición. Desde entonces, con la presencia del club merengue, entonces sí, entonces sí que había fútbol femenino que valiera la pena comentar, parece ser para ellos. Antes, cuando hace siglos que Barça, Atlético de Madrid, Espanyol o Levante, por poner algunos ejemplos, ya existían, ni caso. Pero claro está, ahora con la presencia del club blanco, venga hablar.
Primero, sin hacer mucho ruido, durante las primeras temporadas del Madrid en la Liga, cuando quedaba a una distancia sideral del Barça y perdía con muchos más equipos. Pero con los años, han ido fichando a base de talonario y ahora el Madrid ya es el segundo equipo, todavía a años luz de las blaugranas. Pero desde Madrid se han hecho la película y se piensan que los aficionados nos chupamos el dedo cuando hablan de igualdad, de liga muy competida, y bla, bla, bla. Y ya no digamos como, cuando este fin de semana, ha habido un Clásico de por medio. Bueno, un Madrid-Barça, no se merece ni que se le diga Clásico, porque hace cuatro días que se juega. Un partido que se encargaron, desde las españas de plantearlo como un de tú a tú, un duelo de titanes, un partido de la máxima... Y la cosa fue como siempre: una paliza incontestable de las jugadoras de Pere Romeu a las de Toril. Un 0 a 4 demoledor, sin color, o sí, el blaugrana del Barça, tal como días antes hicieron los colegas del masculino en el Bernabéu.
Cuatro goles, dos de Patri Guijarro, uno de Clàudia Pina y un golazo de Alexia Putellas para cerrar la goleada, que podrían haber sido muchos más. Una goleada que muchos espectadores pudieron ver por DAZN. Ver y oír..., desgraciadamente. Porque muchos aficionados se han indignado y han puesto el grito en el cielo por lo que estaban escuchando durante la retransmisión. Lamentan falta de objetividad y dicen que ya basta. La red, llena de comentarios: